Raúl Palmero. / EPDA
Quien me conoce sabe que soy una persona tranquila, a la que no le gusta el conflicto. Intento estar siempre de buen humor y poner de buen humor a las personas que tengo cerca. Más que hablar de problemas, me gusta proponer soluciones. Diría que la paciencia es una de mis virtudes. Pero estoy harto. Ya está bien.
Nuestra ciudad está creciendo a un ritmo de unos 1.000 habitantes por año. Cada vez son más las personas que residen aquí, cada vez más las empresas que deciden establecer sus centros productivos en nuestro municipio y, sin embargo, cada vez la Consellería de Educación nos hace menos caso.
Desde que asumí mi cargo como concejal de Educación del Ayuntamiento de Sagunto no he dejado de repetir que ya vamos tarde. Nuestro municipio necesita, mínimo, dos centros educativos de Infantil y Primaria y un nuevo instituto de Secundaria. Cada año, las matrículas sobrevenidas (es decir, las de alumnado que no residía anteriormente en el municipio) aumentan en torno a un 2%, lo que ha supuesto, solo en los dos últimos cursos, más de 1.800 nuevos alumnos y alumnas en nuestras aulas.
Desde el Ayuntamiento de Sagunto, con la voluntad de ofrecer facilidades, trasladamos a la Consellería nuestro interés en cederles los terrenos para construir los centros. Lo comunicamos una y otra vez, por todas las vías posibles. Con los datos en la mano. Sin embargo, por el momento, seguimos sin respuesta. Lo único que sabemos es que en el borrador de presupuestos que ha presentado la Generalitat no se ha contemplado ni un solo euro para la construcción de nuevos centros educativos.
Por si eso no fuera suficiente, hace tan solo unas semanas, la Generalitat nos comunicó su intención de revocar el expediente de delegación de competencias para la ejecución del Pla Edificant en Baladre, Montíber y Maestro Tarrazona. ¿Qué significa esto? Que la Generalitat había permitido al Ayuntamiento de Sagunto encargarse de las obras para mejorar el sistema eléctrico, la calefacción o instalar ascensores, a pesar de que esto forma parte de las competencias autonómicas. Con las limitaciones que tiene un Ayuntamiento, a nivel de personal, pero con nuestro máximo interés, habíamos iniciado los procesos administrativos para poder ejecutar estas obras cuanto antes. Y ahora, ya enfrascados en esta tarea, nos dicen que no. Que quieren asumir las competencias de nuevo. Y eso implica volver a empezar desde cero.
Esta situación no puede sostenerse más. A corto plazo, necesitamos tres nuevos centros educativos. Y más pronto aún, hasta que estos estén listos, nuevas líneas que alivien el exceso de ratio actual. Necesitamos también personal suficiente en los colegios, para atender las necesidades del alumnado. Y, por supuesto, un mantenimiento conveniente de los edificios. No pedimos privilegios, pedimos justicia y una educación pública de calidad para una ciudad que no deja de crecer.
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