Álvaro GijónHace apenas dos semanas Lula Da Silva ganaba la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil. Con su triunfo, se ha puesto fin al mandato del ultraderechista Bolsonaro, años que serán recordados como unos de los más grises de la historia democrática brasileña.
Y esto no es porque lo diga yo, solamente tenemos que echar la vista atrás y recordar la nefasta gestión que realizó el negacionista Bolsonaro durante la COVID-19. A nadie se nos pueden olvidar esas imágenes de lo sucedido en Brasil durante la pandemia, culpa de un presidente negligente que negó los efectos del virus hasta el último minuto. También, se le recordará como el presidente brasileño que aumentó la confrontación entre sus ciudadanos a niveles preocupantes, además de por ser machista, homófobo, racista y dictatorial. Caído Bolsonaro, todavía quedan algunos vestigios del trumpismo en el panorama político internacional. No obstante, en nuestro país hay una persona discípula de Trump que se esfuerza día tras día en decir la barbaridad más grande. Pues sí, estás en lo cierto si piensas que hablo de la señora Ayuso.
Por si no lo sabes, la técnica trumpista consiste en lanzar mensajes agresivos, subidos de tono, faltando a la verdad, la razón y al sentido común con la finalidad de desprestigiar a las instituciones democráticas y atacar a los adversarios políticos. Pues bien, entre las ultimas perlas de Ayuso destacan las siguientes “el presidente más autoritario de la democracia” y “los jóvenes lo tienen todo, les falta cultura del esfuerzo”. Sinceramente, ninguna de las frases hay por dónde cogerlas. Es deplorable que Ayuso intente dar lecciones a los jóvenes que han sufrido la crisis económica del 2008, que han tenido que emigrar para ganarse la vida, que no pueden comprarse una casa, que tienen dificultades para pagar el alquiler, que han estado encadenando contratos temporales y viven con sueldos precarios.
También llama la atención que califique a Sánchez como el presidente más autoritario de la democracia, quizás esta afirmación es más por ignorancia que por mala fe. Pero, ¿cómo se puede ser autoritario en un gobierno de coalición y con el parlamento más fragmentado de la historia de nuestro país? Durante esta legislatura los apoyos a las leyes se pelean hasta el último minuto, puede ser que para Ayuso negociar con todas las fuerzas políticas sea autoritario, seguramente las mayorías absolutas de Aznar y Rajoy le parecieron más democráticas.
Pero la guinda del pastel se la llevan estas palabras donde Ayuso afirmó que “lo que quiere el proyecto de Sánchez es tener al PP en la cárcel, a las instituciones presas, a los delincuentes en la calle y ellos blindados en el poder a cualquier costa”. Señora Ayuso, el PP está condenado por usar mordidas para pagar eventos del partido y sus compañeros de partido condenados por cometer delitos de corrupción. Si usted está siendo investigada por la justicia es por los contratos que adjudicó a su hermano durante la pandemia. Además, el único partido que tiene presas a las instituciones es el suyo, que se niega a renovar los órganos de gobierno de los jueces por el sistema previsto en la Constitución. En definitiva, vemos como la formula de los trumpistas es una buena dosis de victimismo, desprestigio de las instituciones y afirmaciones infundadas contra cualquier adversario político. Por tanto, ya que existen políticos irresponsables, debemos hacer un esfuerzo por contrastar todas las informaciones que nos llegan si no queremos que nos tomen por tontos.
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