Gatos negros y escaleras son dos elementos que muchos evitan estos días. /EPDA"Trece y martes, ni te cases ni te embarques" es uno de los refranes más conocidos en España. Su arraigo en las generaciones que vivieron el siglo XX es tal que este refrán ha estado presente en canciones, series e incluso ha sido título de películas españolas, concretamente una película protagonizada, precisamente, por el por entonces trío (y posteriormente dúo) cómico Martes y Trece.
¿Pero por qué el martes y el 13? ¿Por qué no el viernes y 13 como pasa en los países anglosajones? Lo cierto es que no hay una razón clara por la que el martes y 13 sea un día peor que un lunes 13 o un miércoles 13, simplemente es una costumbre que arrastramos desde hace siglos. Así que la explicación de que esta creencia exista hay que buscarla en la combinación entre dos factores distintos que hoy te vamos a explicar.
¿Qué pasa con el número 13?
Esta es la más fácil de explicar ya que la raíz de esta superstición está cargada de simbolismo histórico, religioso y cultural.
El número 13 ha sido considerado maldito desde hace siglos. En la Última Cena, según la tradición cristiana, eran 13 los comensales, y el decimotercero se suele asignar a Judas, el apóstol traidor. A esto se suma su carácter de número "desestabilizador", al romper la armonía del 12 (12 meses del año, 12 signos del zodiaco, 12 apóstoles…).
¿Y qué pasa con el martes?
El mal fario del martes es un asunto más complicado. Hay dos explicaciones y aunque a la gente le gustan los debates y defender una opción o la otra lo cierto es que no son incompatibles entre sí y posiblemente una explicación reforzara a la otra durante el paso de los siglos.
Por una parte el día martes toma su nombre del dios romano Marte, deidad de la guerra, la destrucción y la violencia. Según la tradición astrológica, el martes es un día propenso a la agresividad, los conflictos y la mala fortuna. No es casualidad que muchos lo asocien con eventos trágicos y energías negativas.
Por otra hay una gran catástrofe del mundo antiguo que sucedió un martes. Hablamos de la caída de Constantinopla. Es cierto que la ciudad que se había convertido en la capital del Imperio Romano de Oriente no cayó en manos musulmanas un trece (fue el 29 de mayo de 1453) pero su captura fue interpretada como un mal presagio en el mundo cristiano. Su eco fue tal que los antiguos registraron especialmente terremotos y derrotas militares que sucedieron en martes vinculándolos a la derrota en Constantinopla. Y esto fue afianzando el mito.
El hecho de que además de en España y Latinoamérica (dependiente culturalmente durante siglos de España) el martes y trece sea el día de la mala suerte también en Italia y, sobre todo, en Grecia (país que vivieron de forma intensa la caída de Constantinopla) refuerza esta teoría de que la derrota del bastión oriental de la cristiandad dejó también un eco en un país históricamente tan cristiano como España.
Un fenómeno cultural
Aunque objetivamente estamos hablando de una simple superstición sin base científica, el martes y 13 sigue teniendo peso en el inconsciente colectivo. Para algunos es una excusa para reírse de los pequeños infortunios del día; para otros, una jornada para extremar precauciones o, directamente, no hacer nada arriesgado.
Al fin y al cabo, como suele ocurrir con las supersticiones, lo importante no es tanto su origen como la fuerza del símbolo. Y en España, el martes y 13 sigue siendo, año tras año, un día especial donde mucha gente piensa que no está de más tomar precauciones.
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