Pere Valenciano, director y fundador de El Periódico de Aquí. /EPDA
En tiempos en los que un clic basta para tener cualquier producto en la puerta de casa, es fácil olvidar que detrás de cada escaparate de nuestro pueblo o ciudad hay mucho más que una simple transacción comercial. Comprar en el comercio local no es solo una cuestión de conveniencia o nostalgia: es una apuesta consciente por el futuro de nuestro entorno. Dicho de otra manera, comprar en el comercio de proximidad es bueno para todos. Por ello, el Grupo El Periódico de Aquí vuelve a apostar por esta iniciativa, ‘Compra Aquí Comunitat Valenciana’, porque beneficia a los empresarios, autónomos y emprendedores; a nuestros agricultores y, especialmente, a los compradores, que encontramos le mejor relación calidad-precio y garantía de que la riqueza se multiplica en nuestro territorio. Es, por tanto, un ejercicio egoísta y muy inteligente.
Cada euro que gastamos en las tiendas de nuestro barrio se multiplica en la economía local. El pequeño comercio genera empleo estable, paga impuestos aquí y mantiene vivas nuestras calles. Cuando apoyamos a esos negocios, estamos reforzando una red que sostiene la vida cotidiana: desde la panadería de siempre hasta la librería que recomienda lecturas con cariño, pasando por la ferretería que nos saca de un apuro sin necesidad de tutoriales en Internet. Un pueblo y ciudad sin comercio local se convierte en lugares tristes, sin alma, prácticamente muertos.
Además, el comercio local aporta algo que ninguna gran plataforma digital puede ofrecer: trato humano, cercanía y confianza. En un mundo cada vez más impersonal, el dependiente que nos conoce por nuestro nombre y sabe lo que nos gusta tiene un valor incalculable. Esa atención personalizada no solo mejora la experiencia de compra, sino que también fortalece los lazos sociales y el sentido de pertenencia. ‘Xica, què guapa vens hui. Com està ta mare? Ja s’ha casat el teu home?’ Son comentarios que sólo en nuestra tienda y comercio de barrio nos vamos a encontrar.
Apoyar al pequeño comercio también es una decisión sostenible. Comprar productos de proximidad reduce el transporte y la huella ecológica, y fomenta un consumo más responsable. Elegir lo local es cuidar el entorno, el ritmo de la ciudad y la calidad de vida de quienes la habitan. ¡Y pensemos en la agricultura valenciana y en nuestros agricultores! Vayamos, si podemos, a aquellos huertos que sabemos que también nos venden directamente y consumamos productos de temporada.
Por todo ello, cada vez que dudemos entre hacer un pedido online o cruzar la calle para comprar lo que necesitamos, deberíamos recordar que nuestras decisiones cotidianas tienen poder. Apostar por el comercio local no es un acto menor: es una forma concreta de defender la economía real, la diversidad y la vida en nuestras calles. En definitiva, apoyar al comercio local es apoyarnos a nosotros mismos. Porque una ciudad sin tiendas abiertas, sin escaparates encendidos y sin vecinos al otro lado del mostrador, es una ciudad que poco a poco pierde su alma. Y acaba muriéndose. ‘No sigues bajoca i compra al comerç local!
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