Juan Benito Manzanares./EPDA En muchas localidades de la geografía de la Comunidad Valenciana,
podemos encontrar una construcción que, sobre todo, a finales del
siglo XIX y principios del siglo XX, estuvo muy extendida, las Casas
Cueva.
Estas se excavaban en los emplazamientos más propicios para ello,
como las laderas de las montañas, perforándolas principalmente a
ras de suelo y horadando la roca de la montaña; junto a los lienzos
de algunos castillos; e incluso construidas totalmente bajo tierra
como fue el caso de las casas cueva de Manises, de las cuales,
mayoritariamente, tan sólo se veía en el exterior las chimeneas de
ventilación y las de expulsión de los humos de las cocinas. Para la
construcción de estas casas cueva siempre se buscaba un terreno
fuera propicio para excavar con relativa facilidad, como los que
estaban compuestos por roca calcárea.
Otros lugares que tienen o han tenido casas cueva, tan sólo por
nombrar algunos de ellos son; Paterna, ciudad que tiene muchísimas
casas cueva de las cuales tan sólo apuntaré las Casas Cueva del
Batà; Massamagrell con la casa cueva Mansergas o las casas cueva
excavadas en los cimientos del castillo de Petrer.
Estas construcciones eran realizadas por las personas más humildes,
pues no podían acceder a otras construcciones en las que vivir. En
un principio perforaban una estancia en la que poder guarecerse del
frío y del calor, pero con el paso del tiempo llegaban a ser unas
verdaderas casas con todas las habitaciones necesarias y cierto
número de comodidades para poder vivir dentro de ellas.
Pero en esta ocasión me centraré en la Casa Cueva Tuareg de
Villena, aunque más certera y concretamente deberíamos decir en las
casas cueva, pues esta no es sólo una casa cueva sino seis, las
cuales, a la hora de ser restauradas, fueron unidas pues pertenecían
al mismo propietario y, con esta unificación la cueva da una
impresión de ser enorme, o por lo menos, mucho mayor de lo que
fueron estas casas cueva individualmente. De este modo, en la
actualidad esta construcción unificada tiene una habitabilidad de
unos 150 m2, constituyendo todo ello un gran entramado de estancias
para todas las necesidades y usos.
Pero para hablar de esta Casa Cueva Tuareg, debemos retrotraernos
hasta 1967, año en el que un grupo de jóvenes decidieron conformar
una escuadra especial para la Fiesta de Moros y Cristianos, tan
arraigada en numerosas ciudades de la Comunidad Valenciana, y una vez
conformada esta nueva escuadra, en 1968, con unos trajes bastante
sencillos y acondicionados al poder económico de los jóvenes,
realizaron su primer desfile como la Escuadra Tuareg de la Comparsa
de Marruecos de las Fiestas de Moros y Cristianos de Villena.
Esta comparsa, para utilizarla como su segunda sede y última, pues
tras varias décadas sigue siendo su sede, compraron una casa cueva
situada en la parte alta de Villena, en la placeta de Santa Bárbara,
nombre que hace referencia a que, en tiempos había una ermita, hoy
desaparecida, dedicada a esta santa, quedando hoy en día tan sólo
queda una hornacina con una imagen de la santa. Además, la Casa
Cueva Tuareg, se encuentra en las faldas del emblemático castillo de
la Atalaya de Villena.
Es preceptivo comentar que esta iniciativa de recuperar esta casa
cueva, es totalmente privada y que, aunque la idea fue gestada hace
varias décadas cuando fue comprada la casa cueva por la comparsa
Tuareg, se ha restaurado hace relativamente poco tiempo. Y, aunque en
la actualidad sigue siendo la sede de la Escuadra Tuareg, la casa
cueva se puede visitar contactando con la escuadra o bien con el
Ayuntamiento de Villena.
La visita puede ser tan sólo una visita guiada en la que te muestran
todo y te hablan de su glorioso pasado, o incluyendo tomar un té
moruno y unos dátiles sentados en una de las estancias conversando
con el guía y, además, disfrutando de una bailarina que realiza a
la perfección la danza del vientre.
A esta casa cueva, sede de la Escuadra Tuareg, se accede por una
puerta muy normal que pasaría totalmente desapercibida, aunque sobre
el dintel de la misma esté dibujada una media luna que forma la «T»,
inicio de la palabra «Tuareg» y la fecha en que se constituyó la
escuadra, 1967.
Una vez dentro, pasamos a una primera habitación que es propiamente
la sede de la comparsa y en ella encontramos una puerta de reja con
un gran letrero de madera sobre ella con la leyenda:
«Museo · Cuevas · Jaima»
Este letreo hace referencia a que actualmente esta casa cueva es una
especie de museo, y quizá un hogar como lo puedan ser las jaimas, es
decir, las tiendas de campaña que utilizan los pueblos nómadas del
norte de África, como los Tuareg, pues esta casa cueva museo, está
decorada en todos los sentidos al estilo moruno, y de hecho en ella,
puedes sentir el retorno a un pasado que, aunque lejano, es parte de
nuestra historia, pues los territorios que hoy son la Comunidad
Valenciana estuvieron bajo dominio musulmán desde 714 hasta 1238 que
Jaime I (1208-1276) llamado «el Conquistador» los recuperó para el
cristianismo. La decoración actual, tal y como la podemos ver al
visitar la casa cueva es obra de Pedro Marco, un miembro de la
Escuadra.
Al pasar la puerta enrejada nos introducimos en un amplio espacio
basado totalmente en el mundo árabe, y todas las salas están
decoradas con un especial gusto.
Entre las múltiples cosas que podemos encontrar en el interior de la
casa cueva, nos sorprenderá un pergamino que documenta que en la
ladera del castillo de la Atalaya ha habido cuevas habitadas desde el
tiempo de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla (1451-1504) y
Fernando II de Aragón (1452-1516), los cuales consintieron que 150
familias ocuparan este lugar. José Marco, también componente de la
Escuadra Tuareg afirma que es:
«Una historia documentada en los archivos de Orihuela, Toledo,
Córdoba y Villena»
Además de este histórico pergamino, en el recorrido de la cueva, la
cual está totalmente encalada salvo un techo para que se pueda ver
la piedra caliza con su propio color, encontraremos un telar de la
época musulmana en perfectas condiciones; escudos alusivos a este
periodo; cimitarras y otros elementos bélicos; azulejos que
conforman cuadros y otros que sirven de cenefas; múltiples asientos
en los que descansar; diversos utensilios como múltiples y
auténticos peines árabes expuestos sobre un gran tablón; una
colmena de abejas hecha con esparto; numerosas pipas de agua
distribuidas por toda la casa cueva; chilabas al más puro estilo
moruno; e incluso trajes de la propia comparsa expuestos, pues aunque
en 1967 comenzaron con unos trajes bastante sencillos, en la
actualidad esta comparsa luce unos llamativos trajes que son un
verdadero gozo para la vista, recreando todo lo que en tiempos
llevaban los tuareg.
Si visitas Villena, no dejes de ver esta Casa Cueva Tuareg, pues es
todo un lujo para tus sentidos.
Villena es cultura y tradición.
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