Los titulares a caracteres de mayor cuerpo o los que abarcan la parte principal de los informativos se centran en la dana del 29 de octubre y sus devastadoras e infinitas secuelas. Esta semana, además, y dentro de la inmensidad de asuntos vinculados a la temática, lo ha hecho en la reunión del presidente del Gobierno con asociaciones de víctimas. Siete meses después, sin declaraciones, en el espectacular palacio de la plaza del Temple, a kilómetros de la zona O.
Política en mayúsculas por el cargo del protagonista, sin más. Como la que se dilucida en el Congreso de los diputados, siempre, desde hace ya décadas, sin atender reivindicaciones básicas autonómicas como la mejora de financiación de la Comunitat Valenciana -en gran medida responsabilidad del ejecutivo nacional- o la restitución del Derecho Civil autóctono. Faltan José Ramones Chirivella en la política.
El citado presidente de Juristes Valencians, por cierto, ha sufrido, con la eliminación de la subvención a su entidad, el castigo del revanchismo de quienes dominan, deciden con los presupuestos públicos y no soportan la más mínima crítica a su gestión. Por desgracia, Chirivella, al igual que tantas otras personas y entidades, ha soportado esa actitud alejada de la más pura vocación de servicio público y henchida de la soberbia del mando que forma parte de la cara oscura del ser humano, sobre todo cuando adquiere poder institucional sobrevenido. Y que se extiende como un manto perverso sobre múltiples partidos.
Abismo colectivo
Retomando el hilo argumental de este artículo, vivimos o padecemos la política de guerra continua, de refriega sin tregua que conduce a un incomprensible abismo colectivo por el que puede despeñarse incluso quien la convierte en su temeraria táctica. se trata de la macropolítica –por el rol de sus actores, no por la calidad de sus acciones- que todo lo absorbe.
No obstante, a su sombra y opacada por ella, existe mucha micropolítica, política de pequeña escala, normalmente local o comarcal. Y en la actualidad se halla en plena efervescencia. En ese espacio solapado se mueve el exportavoz de Vox en Torrent, Guillermo Alonso del Real, que decidió abandonar el ejecutivo local del que era destacado componente y pasar al grupo de no adscritos. Ya ha recibido la primera andanada de sus excompañeros en forma de crítica a su gestión.
Torrent y Vilamarxant
En cualquier caso, él tiene, como se suele decir, la sartén por el mango, ya que decide, con su voto, el 13, en un hemiciclo dividido en la actualidad en dos bloques de 12 (10 de PSPV y 2 de Compromís por un lado y 9 de PP y 3 de Vox por otro). De momento, el abogado Alonso del Real afirma que ni se plantea una moción de censura en la segunda localidad más populosa de la provincia de Valencia. El PSPV se mantiene en una discreta espera.
Por el contrario, en Vilamarxant ha dado un paso al frente y se ha ofrecido su candidata, Vicky Sanchis, a encabezar esa maniobra junto a los cinco ediles de Ciudadanos que lidera Xavier Jorge y que formaban parte del ejecutivo local hasta que el alcalde, el popular Héctor Troyano, destituyó a dos de ellos. Y veremos qué ocurre en Massamagrell, donde para el próximo mes está prevista, desde junio de 2023, una alternancia en la vara de mando. El PP debe cedérsela a Veïns per Massamagrell. ¿Se cumplirá el acuerdo?
Primarias comarcales del PSPV
Esa micropolítica también se ha vivido con los ligeros, aunque notorios, cambios experimentados por el PSPV en sus comarcas con la convocatoria a secretarías generales. Ha habido, en general, menos pugna que hace tres años. Borja Martínez, teniente de alcalde de Serra, compitió contra Amparo Navarro, alcaldesa de Benisanó, por la secretaría general en Camp de Turia. Reclamó un debate que no se produjo y la igualmente presidenta de la Mancomunitat de la zona se impuso en la votación.
Del mismo modo ha vencido el joven politólogo Abel Martí, de Roglà i Corberà, al aguerrido Robert Granero, secretario general de la Costera-Canal de Navarrés hasta la derrota.
Y la micropolítica se expande a todos los partidos, con el crecimiento constante, por ejemplo, de la Unión Municipalista que encabeza el alcalde de Nules, David García, y que tiene como marca más destacada en la provincia de Valencia al Ens Uneix de Jorge Rodríguez. Así seguiría con una larga enumeración multicromática de partidos... (en próximos artículos habrá ocasión)
Estos pequeños movimientos se observan en menor medida y pueden pasar más desapercibidos. No obstante, resultan asimilables a aquellas ligeras sacudidas en los grandes edificios que, si no son detectadas, corren el riesgo de generar grietas que afecten a toda la estructura, a la macropolítica.
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