El conocido instrumento de cuerda que es un icono de la música. / epda os Stradivarius son instrumentos musicales de cuerda, en su mayoría violines, construidos artesanalmente hace 300 años por Antonio Stradivari en el taller que tenía en la localidad italiana de Cremona, al pie de los Alpes. Dicen los entendidos que jamás se ha podido alcanzar la perfección acústica que emana de dichos instrumentos, a pesar de las mejores técnicas que actualmente se han introducido en su fabricación. ¿A qué puede ser esto debido?, ¿qué tiene que decir la Ciencia sobre el mito de los Stradivarius?
Pues bien, aunque aún no tenemos una explicación definitiva, hay varias hipótesis al respecto. Una de ellas apunta a la química, en concreto a los barnices que utilizó Stradivari para recubrir y proteger estos instrumentos y al tratamiento que se les daba a las maderas antes de utilizarlas.
Cada maestro artesano tenía su fórmula secreta en cuanto a componentes, proporciones de mezcla y forma de aplicación. También se apunta al Borax, un insecticida conocido desde la civilización egipcia, y que Stradivari utilizó para combatir la plaga de insectos que hubo por aquel entonces en aquella zona. El Bórax contiene sales metálicas, y esta hipótesis sostiene que la presencia de estas partículas metálicas habría conferido a sus instrumentos la fuerza y riqueza de sonido que tanto se aprecian.
Pero quizás la explicación más aceptada en la actualidad tiene que ver con el clima. Entre los S-XIV y XIX en buena parte del planeta se vivió lo que se denomina la “Pequeña edad de hielo”, una época de fríos intensos y temperaturas más bajas que las actuales.
Dentro de esta época ya de por sí fría, entre 1645 y 1715 se produjo el “Mínimo de Maunder” un periodo todavía más frío y que tiene su origen en la bajísima actividad solar que se produjo durante esas décadas, durante las cuales desaparecieron prácticamente todas las manchas solares.
Para que se hagan una idea de los fríos intensos de aquella época, el Támesis se helaba todos los inviernos a su paso por Londres, celebrándose una feria sobre sus aguas heladas. En nuestro país el Ebro se heló siete veces en su desembocadura e incluso el Turia llegó a congelarse en 1624 a su paso por la ciudad de Valencia.
Pues bien según esta hipótesis que podríamos calificar como climatológica, la calidad del sonido se debe a la densidad superior de la madera con que fueron construidos los Stradivarius, densidad que se debió a que procedía de unos árboles que habían crecido lentamente durante la época más cruda de la Pequeña edad de hielo.
Como ven muchas hipótesis pero todavía ninguna totalmente aceptada que explique el porqué de la perfección acústica de los Stradivarius…
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