Murgui con Antoina Dell"Atte. FOTO EPDA Esta semana entramos en la cuaresma, tiempo litúrgico que
empieza con el miércoles de ceniza y da paso a la pascua. Es tiempo de
penitencia, de ayuno, de limosnas y de esperanza. Ya pasó el carnaval, las risas,
las chirigotas y ahora nos adentramos en un tiempo serio. Como serios deben ser
todos los tiempos que marcan la historia del mundo.
El rigor me ampara para hablar con seriedad del paso del
tiempo, y lo insensibles que somos con los tiempos que malgastamos y perdemos.
Yo son varias las ocasiones que me planteo no escribir de nada y por supuesto
no hablar de la información que salpica y empaña nuestro vivir. Pero por mucho
esfuerzo que haga en callar, siempre hay “elementos adversos” que
me obligan a informar.
Hoy como estamos en víspera de la ceniza, voy a ser sobrio y
voy a ayunar de conceptos que me desvíen del acontecer penitencial. Y aunque
por penitencia me pongo callar, escribiré solo unas líneas para motivar mi
esperanza.
Todos andamos expectantes con ciertos acontecimientos que no
suceden y que afectan a la opinión pública y privada del acontecer de la
historia de nuestra Comunidad Valenciana.
Todos estamos nerviosos por los casos que cada día salen a
la luz de todas las índoles y tendencias, por no citar los colores.
Todos aguantamos el sobre peso de no encontrar sinceridad a
la hora de leer a ciertos interlocutores que nos sorprenden con sus
informaciones
Y todos, para finalizar estamos un poco cansados de que este “sistema” este desecho, le cueste de arrancar y nos afecte
sin mesura.
Entramos en cuaresma… y de cuaresma a la pascua, y en
tiempo de pascua elecciones.
Qué bonito sería que esta cuaresma nos dedicáramos a
blanquear nuestra mente y nuestro corazón para ser un poco mejores. Solo un
poco. Si dejamos que la Justicia haga JUSTICIA, si nos olvidamos del “y
tú más” y pensamos por un momento, que podemos hacer como ciudadanos de a
pie para que esto mejore, y lo que pensamos si es bueno lo ponemos en práctica,
seguro que ganamos el tiempo para construir un mundo mejor.
Si esta ocasión la perdemos, y seguimos con la verbena y
ensalada de noticias, flaco favor nos estamos haciendo, porque aquí sí que
avivamos el espíritu de la fiesta que tenemos por medio que son las fallas. En
las fallas lo quemamos todo, todo. Es el espíritu de renovación apartar lo que
nos molesta y reducirlo a cenizas, pero ojo, no nos olvidemos que siempre queda
un “Ninot indultat” para hacer viva la memoria de que siempre hay
supervivientes de la 'cremà'.
¿Queremos el indulto para los NINOTS?... O ¿queremos que
renazca la vida después de ésta cuaresma? Tú y yo tenemos la palabra, pero si
lo hemos de quemar todo como una falla, hagámoslo bien, con sensatez y
criterio, y ojo con los INDULTATS, a ver si después de todo aún nos piden
cuentas por no haberlos tratado bien.
Feliz martes y buena cuaresma.
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