Carlos O. Martínez. Querido Daniel,
Puedes
pensar de mi lo que quieras, pero acabo de leer tu entrada en Facebook y
no he podido resistir la tentación de contestar, en abierto, a las
valoraciones que haces sobre mi Partido y sobre sus representantes en la
provincia de Valencia.
No
tengo el gusto de conocerte, ni sé los años que llevas defendiendo a
este Partido, pero me da la sensación de que no acabas de entender qué
significa el Partido Popular para quienes llevamos varias decenas de
años luchando por defender estas siglas. Actitudes como la que muestras
en los comentarios de tu perfil me hacen pensar que no acabas de creerte
al Partido como un proyecto común sino como una lanzadera de intereses
personales.
Si no eres
capaz de darte cuenta del flaco favor que nos estás haciendo a todos
desde tu muro de Facebook, es que hay algo en la política que tú no has
entendido. Con afirmaciones como la tuya, te estas disparando un tiro en
el pie y, de paso, nos lo estás disparando a todos.
El
Partido Popular ha sido, desde siempre, un proyecto común basado en la
unidad y en la lealtad. No sé cuántos carteles habrás pegado tú, ni
cuantas horas de pleno llevarás acumuladas en tu Ayuntamiento, ni a
cuantas puertas habrás llamado intentando hacer una lista municipal para
las elecciones. Yo te hablo desde el conocimiento personal que me
aporta haber estado en aquellas reuniones en casas particulares, por no
disponer de sede, y haber visto crecer nuestro proyecto hasta alcanzar
la presidencia de la Generalitat y del Gobierno de España.
La
lealtad se debe a las personas pero, sobre todo, se debe a las
instituciones. Y la lealtad a las instituciones pasa por tratar con
respeto y educación a sus representantes, nos gusten más o menos. Si no
nos respetamos entre nosotros, no podemos pedir a los ciudadanos que nos
respeten, nos valoren y nos voten. Reflexiona ahora que estamos a
tiempo de encarar un proceso electoral, en 2019, que nos devuelva la
presidencia de la Generalitat para poder frenar las tropelías del
tripartito. Si seguimos en esta línea de guerra interna, de nada nos
valdrá poner cara de póker la noche de las elecciones, haciendo como que
no entendemos porqué los ciudadanos no apoyan nuestro proyecto.
A
ver si somos capaces de entender que un proyecto común se defiende
entre todos, se consolida evitando ataques internos llenos de
irracionalidad y se hace crecer remando todos en la misma dirección. Lo
contrario es dinamitar nuestra imagen, nuestro prestigio y nuestro
futuro, y me atrevo a decirte que, en este Partido, somos muchos los que
no nos merecemos que esto pase.
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