Veintiocho después de las misteriosas muertes de los
tres niños en Macastre, el siniestro caso continúa sin resolver.
Las circunstancias de sus muertes fueron diferentes. En
dos de los cuerpos no se apreciaban señales de violencia; sin
embargo el tercer cadáver fue descuartizado con una sierra mecánica,
incógnita que no pudieron resolver los encargados de la
investigación.
Valeriano Flores Sánchez de 14 años, su novia Rosario
Gayete Moedra de 15, y su amiga Pilar Ruiz Barriga de 15,
desaparecieron el 14 de enero de 1989 durante una acampada en el
término de Catadau. Cinco días después aparecía el cadáver de
Rosario en una caseta de labranza, en la conocida partida de Cuerna
en el término de Macastre.
El
27 de enero fue hallado en la calle Alcácer de Valencia el pie
amputado de Pilar Ruiz. El 6 de abril un hombre que buscaba
espárragos descubría el cuerpo sin vida de Valeriano, a unos 400
metros de dónde fue hallada Rosario. El 24 de mayo, unos niños
localizaban en un canal de riego cerca de la carretera de Godelleta a
Turís, el resto del cadáver de Pilar con evidentes signos de
violencia y la cara desfigurada.
Los informes forenses no arrojaron luz sobre la causa de
las muertes de Valeriano y Rosario, denominando los resultados de las
autopsias como blancas ( causa de la muertes desconocidas).
Han habido distintas hipótesis sobre la muerte de los
jóvenes, aunque ninguna ha podido determinarse con exactitud. Se
barajó la posibilidad de una sobredosis de benzol, un pegamento
popularmente conocido como la droga de los pobres en esa época, sin
embargo los signos de violencia del cadáver número tres hizo pensar
que habían sido asesinados, además de encontrarse huellas de una
cuarta persona en los alrededores de la caseta dónde fue hallada el
cuerpo sin vida de Rosario.
Actualmente la asociación Laxshmi
compuesta por un
equipo de criminólogos, forenses y abogados, que luchan contra el
crimen y la prevención, están investigando este caso al igual que
16 casos más sin resolver.
La
Hoya de Buñol, según la Guardia Civil, es “ una zona sensible”
a la aparición de cadáveres. En 2008 en un campo cercano a
Macastre se encontró el cuerpo enterrado de una joven de 20 años;
en 2001 un trabajador de una compañía eléctrica descubrió un
cráneo y unos huesos. El médico forense dictaminó que habían sido
seccionados con una sierra mecánica.
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