Planta de Algímia. EPDA
Cumplir con la máxima eficiencia con su
labor como planta de tratamiento y reciclaje de residuos urbanos;
mimetizarse con un entorno de gran valor paisajístico y
medioambiental y, como valor social añadido, consolidarse como un
espacio para la divulgación de la conciencia ambientalista entre
alumnos de primaria y enseñanza secundaria de los municipios de las
comarcas en las que se presta el servicio. Es el reto que se
propusieron TETma y RPB cuando en 2011 pusieron en marcha la Planta
de Tratamiento y Valorización de Residuos Urbanos (RSU) de Algímia
d’Alfara, en la comarca valenciana del Camp de Morvedre, y que,
tras siete años de vida, ha cumplido con creces la eficiencia en la
gestión y su compromiso medioambiental, gracias a la alta tecnología
implantada y su constante renovación y mejora.
Sus instalaciones se han consolidado como
las más avanzadas y eficientes de la Comunitat Valenciana y un
referente europeo, con un índice de recuperación que alcanza el 72%
de los residuos que entran en planta, al convertir la materia
orgánica en compost, recuperando envases ligeros, papel y cartón,
briks o metales. Cabe tener en cuenta que la cifra de rechazo a
vertedero es del 35%, muy por debajo de lo exigido por las normativas
europea y autonómica. Para mejorar aún más esta cifra y llegar al
10% fijado por la Unión Europea para 2035, se trabaja en nuevos
proyectos que se aplicarán al proceso actual.
La planta está ubicada en el Consorcio del
Plan Zonal de Residuos C3/V1 y presta su servicio, además de al Camp
de Morvedre, a las comarcas castellonenses de la Plana Baixa y Alto
Palancia. En total son 56 municipios, que albergan una población de
210.000 habitantes y generan una media de 80.000 toneladas. Además,
para contribuir a resolver el problema del tratamiento de residuos en
zonas donde no se dispone de las instalaciones necesarias, trata
también cerca de 40.000 toneladas de residuos del consorcio V5.
Más allá de los excelentes resultados en
el tratamiento de residuos, la planta se incardina en el entorno
paisajístico sin afectación negativa, gracias a un sistema de
construcción modular que cuando acabe la vida útil de la planta se
desmontará sin dejar ningún vestigio. La altura de las
instalaciones son un factor añadido para garantizar un efecto inocuo
sobre el paisaje.
Factores que sin duda contribuyen al
interés que suscita la planta para los docentes y alumnos que
visitan una infraestructura que cada día cobra más importancia como
escuela medioambiental. En 2017, casi 3.000 estudiantes de primaria y
secundaria de centros docentes de las comarcas atendidas participaron
en las actividades de concienciación y formación ecológica,
ofrecidas en un programa de visitas guiadas a las instalaciones. La
participación en la oferta pedagógica de la planta se incrementó
más de un 15% respecto al año anterior.
Además de los alumnos, las puertas de la
Planta de Algímia también están abiertas para que asociaciones
culturales, entidades vecinales y agentes sociales de las comarcas
del llamado Consorcio Palancia Belcaire puedan recorrer las
instalaciones en visitas guiadas con fin divulgador y de
concienciación. Los técnicos explican detalladamente cada uno de
los pasos que siguen los residuos urbanos desde que entran hasta que
cobran nueva vida en forma de subproductos o se eliminan.
La calidad de su sistema de gestión
energética, que le valió el certificado AENOR ISO50.001 -la segunda
planta de España en obtenerlo- permitió a esta infraestructura de
TetMA y RPB ser la sede principal del proyecto
europeo LIFE WASTE2BIOFUEL.
Se trata de un proyecto
piloto cuyo objetivo es solucionar el grave problema medioambiental
causado por la acumulación de residuos en vertedero y que pretende
reducir el impacto de su mala gestión. El proyecto desarrollará un
proceso integrado de gasificación y Fisher-Tropsch para convertir la
fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos en
biocombustibles, reduciendo así las emisiones de gases de efecto
invernadero.
MatMap, la economía circular en la
construcción
La posibilidad de dar una segunda vida a
los materiales de los bienes ya consumidos no es privativa del
reciclaje de residuos. La llamada economía circular, antitética al
modelo productivo de la obsolescencia programada, tiene el terreno
abonado en sectores como la construcción. Es donde han fijado su
mirada los emprendedores de la plataforma web MatMap, una startup
liderada por la arquitecta María Martínez y que forma parte del
programa Garaje de Lanzadera, la aceleradora del empresario Juan
Roig.
La startup ofrece la posibilidad a
distribuidores, constructores y empresas de derribos ofrecer
materiales, tanto nuevos (restos de serie o stock) como reutilizados
y permite a arquitectos, constructores o diseñadores conseguirlos al
mejor precio y de forma respetuosa con el medio ambiente. Los
productos se muestran geolocalizados en un catálogo que ofrece las
características, la disponibilidad o la cantidad. La startup ofrece
apoyo para la gestión del transporte de los materiales, que van
desde las maderas, cerámicas y metales hasta los revestimientos
decorativos, los paneles o los cauchos. El modelo de negocio de
MatMap está muy implantado en países como Holanda.
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