Ernesto Santillán. Cuando aparece el debate al respecto de cuál es el modelo a seguir en las comunidades donde existe un idioma propio pocas veces nos paramos a comparar como se hace en nuestro entorno. Quienes abogan por un sistema de inmersión lingüística, esencialmente nacionalistas, argumentan que al ser lenguas minoritarias hay que sobre-protegerlas y que quienes no apuestan por dicho sistema de inmersión están contra dichas lenguas. Pues bien para desmentir dicha infamia que en cierto modo al parecer acompleja a mas de uno y peor aún, a los partidos políticos que deberían defender el bilingüísmo lo mejor es acudir a los ejemplos de lo que sucede en los países de nuestro entorno: En ninguna de las comunidades y países bilingües y trilingües de Europa se aplica el sistema de inmersión catalán. La razón de ello está en que todos estos países y comunidades integran sus lenguas oficiales en la educación como lenguas vehiculares. Esta integración la realizan a través de dos modelos.
DOBLE RED ESCOLAR
Con este modelo los ciudadanos escogen la lengua en la que quieren educar a sus hijos de entre las lenguas oficiales de sus territorios. Este es el caso de Finlandia, una red en finlandés y otra en sueco, Gales (galés-inglés), Eslovaquia (eslovaco-húngaro), Irlanda (irlandés-inglés) o el de Bélgica, país en el que, como en España, también existen importantes conflictos lingüísticos. Allí existe una triple red, con escuelas en flamenco en Flandes, en francés en Valonia y en alemán en la parte este del país. En Bruselas, calificada oficialmente como bilingüe, hay una doble red en flamenco y en francés.
Esta práctica escolar europea está fundamentada, además de en las legislaciones nacionales, en la legislación europea e internacional sobre el derecho a la educación en lengua materna. A nivel internacional, existe una amplia legislación sobre esta cuestión porque la lengua materna es un facilitador educativo de primer orden y una necesidad afectiva de todos los alumnos.
EDUCACIÓN BILINGÜE o TRILINGÜE
Se aplica, por ejemplo, en Luxemburgo, donde existe un modelo trilingüe. Todas las escuelas imparten la educación en las tres lenguas del país, el luxemburgués, el alemán y el francés, que van introduciendo gradualmente en este orden. Todos los alumnos asisten a estas escuelas. Este es también el caso de Frisia, la región del norte de Holanda, donde el frisón es lengua oficial
junto al holandés. En esta comunidad, la mayoría de escuelas son bilingües, impartiendo algunas asignaturas en frisón y otras en holandés dependiendo de la etapa escolar.
El derecho a la educación en lengua materna fue articulado internacionalmente como derecho de la infancia y la adolescencia hace más de medio siglo. El primer documento que lo reconoce es el elaborado por la Unesco en 1953, Empleo de las lenguas vernáculas en la enseñanza, y todos los documentos posteriores de esta institución inciden en la misma dirección. También especifica este derecho la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989 y ratificada por todos los países miembros. Este derecho, como especifica la Unesco, no implica que todo el currículum escolar deba realizarse en lengua materna, pero sí una parte significativa de él. En cuanto a la legislación europea sobre este tema, Europa se rige principalmente por la Carta Europea de las Lenguas Regionales y Minoritarias (1992), la cual especifica que los hablantes de lenguas minoritarias también deben poder educarse en su lengua materna si así lo desean. En la práctica, esta legislación se aplica siguiendo este principio: allá donde hay una comunidad suficientemente amplia de ciudadanos que hablan una lengua, siempre y cuando esta lengua sea también oficial, las administraciones educativas deben proveer educación en esta lengua.
En opinión de Merce Vilarrubias, catedrática de Lengua Inglesa en la Escuela Oficial de Idiomas Drassanes de Barcelona y a la que debo parte de la
informacion aportada a esta publicación, <<la filosofía lingüística que rige en la UE es una filosofía abierta, moderna y pro-multilingüismo, con una práctica de respeto y valoración de todas las lenguas europeas. Todos los informes de la Comisión Europea sobre este tema recomiendan el aprendizaje y la activa promoción de todas las lenguas oficiales europeas, las cuales son percibidas como un recurso muy valioso para los ciudadanos y una riqueza cultural de toda Europa. Es por tanto incomprensible que en Cataluña solo una de estas lenguas, el español de Cataluña, deba quedar fuera de la educación como lengua vehicular. la exclusión del español de la educación es una práctica que se opone claramente al espíritu multilingüe que rige en Europa>>.
Si algún día el sistema de inmersión empleado en Cataluña, Euskadi y con riesgos de ser planteado para la Comunidad Valenciana es evaluado en términos europeos, seria claramente definido como lo que es: un modelo escolar monolingüe, obligatorio para todos los alumnos, en una comunidad bilingüe. Es decir, una excepción en Europa. En la Comunidad Valenciana debemos estar atentos a esta situación. Por otro lado en España necesita mejorar el nivel de competencia en lenguas extranjeras de los alumnos, especialmente en inglés, concluye el Estudio Europeo de Competencia Lingüística (EECL) del Ministerio de Educación en su edición del año 2012. De acuerdo con el informe, los resultados en España son mejores que los de Francia e Inglaterra pero distan mucho de los obtenidos por países como Suecia, Malta, Estonia y Eslovenia, que están a la cabeza en competencia lingüística en Europa. Esta posibilidad daría a nuestros jóvenes y a nuestra sociedad oportunidades laborales y de negocio que quizás ahora nos encontramos imitados. Personalmente en mi caso estoy e un proceso de reciclaje para intentar aumentar mi dominio de la lengua inglesa con la que a pesar de mi interés siempre he tenido una barrera a la hora de alcanzar un nivel de comprensión y expresión orales adecuados. Estoy como otros muchos españoles limitado debido a múltiples factores:
Christina Anastasiadis, profesora de inglés desde hace 15 años y jefe de estudios de la academia Internacional House, reconoce que «ha habido una mejora del nivel». «Cuando empecé la gente entraba con un nivel elemental y ahora hay más alumnos en los niveles intermedio-alto», explica. «No tenemos el nivel deseado pero las cosas van mejorando», asegura Helena Jiménez, directora de comunicación de Cambridge English.
«Es necesario que se evalúen todas las destrezas de la lengua», añade. Es decir, fomentar la comprensión lectora, escrita y sobre todo oral, que es en donde España «flaquea». Pero este problema alcanza también a los profesores. «Los docentes de lengua inglesa hacen pruebas de acceso en inglés, cosa que no se hacía antes, pero muchos profesores siguen ahí, no se han jubilado», explica el profesor Ballesteros. Sin embargo, no todo se limita al aula, lo que ocurre «fuera» también influye.
Por lo tanto y dado que el debate es complejo e interfieren muchos factores, sentimentales y de intereses por encima de la protección de las lenguas es oportuno primero fijarse en lo que hacen nuestros vecinos para llegados a este punto plantearnos que camino seguir. Lo mas recomendable según los expertos es una educación bilingüe (español-inglés) en aquellas comunidades que no poseen lengua propia y una educación trilingüe en aquellas que si la poseen, por ejemplo español-catalán-inglés.
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