Héctor González. ´Horta Nord ha constituido
tradicionalmente un caladero de partidos independientes. Se trata de
formaciones que se crean única y exclusivamente para centrar su
actividad en un municipio y que no tienen interés ni estructura
alguna más allá de ese término. Si repasamos el anterior mandato
2011-2015, nos encontramos con UPPA y Cialbo en Alboraya, PAU en
Albalat dels Sorells, SIM en Museros, Idra en Rafelbunyol, IxR en
Rocafort, ACERT en Tavernes Blanques, IxP y Pavalur en Puçol o VEM
en Emperador.
La poderosa
expansión de dos marcas políticas nuevas: Ciudadanos y Podemos, ha
provocado que algunos de los líderes de esas formaciones
independientes decidieran enrolarse en el partido de Albert Rivera o
en filiales locales del que dirige Pablo Iglesias. El ejemplo más
claro ocurrió con el citado UPPA, en Alboraya, trasvasado a
Ciudadanos.
Además, el hecho de haber más oferta
en el mercado electoral ha provocado que votantes de partidos
estrictamente municipales optaran en mayo de 2015 por una de las
nuevas formaciones, lo que ha derivado, a su vez, en la falta de
apoyo y desaparición de las corporaciones locales de algunas de esas
siglas autóctonas, como el PAU del exalcalde Vicente Almenar en
Albalat dels Sorells.
Por tanto, la presencia de formaciones
independientes en la comarca ha menguado. No obstante, Idra ha
aguantado el tipo en Rafelbunyol y continúa decidiendo, con sus dos
ediles, el nombre del alcalde. Al igual que se ha mantenido IxR en
Rocafort. Incluso los concejales de UxV de Almàssera ya se
presentaron en mayo de 20115 como UxA, ciñéndose exclusivamente al
topónimo local. Constituyen los principales ejemplos de
supervivencia de ese carácter indómito de la independencia
municipal. Para la historia pueden haber quedado los antes citados
UPPA y PAU, o los SIM y VEM. Incluso ACERT, que ha empleado una
tercera vía, la de concurrir en coalición, en este caso con otra
coalición, la de Compromís.
El tiempo dirá si este trasvase de
votos a Ciudadanos y Podemos en detrimento de formaciones autóctonas
supone una moda pasajera o el inicio de una tendencia a desarrollar.
Personalmente, me inclino por lo primero. La defensa estricta del
interés local, sin más ataduras, sigue despertando el interés de
muchos vecinos con vocación pública.
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