Abuso de esta ventana mediática que nos presta El Periódico de Aquà para hacer una especie de homenaje (que por supuesto se queda totalmente corto) a alguien que se me ha ido demasiado pronto.
Escribo desde el dolor de saber que quien debÃa empezar ahora a disfrutar de la cosecha no podrá hacerlo nunca, ni saborear con calma todo lo que merecÃa con su mujer, sus hijos y sus nietos...
Fue el último concejal por IU de su localidad de adopción, porque le preocupaba la gente; fue presidente del AMPA del colegio, porque le preocupaba la calidad de la educación; presidió la asociación de vecinos, porque le importaba la convivencia; dirigió una asociación artÃstico musical, porque le gustaba la belleza; fue profesor, porque le gustaba el conocimiento; fue coacher, porque le gustaba el autoconocimiento; fue asesor para la inserción laboral de mujeres, porque era feminista; fue muchas cosas, pero sobre todo, un ejemplo de evolución personal y de compromiso.
Yo, al igual que a la polÃtica, lo descubrà plenamente algo tarde, pero sé que él está detrás de esta aventura que empecé con mi militancia en Podem porque me llevó en 1995 a la Plaza de Toros a ver al maestro Julio Anguita, porque cuando le conté que me embarcaba en polÃtica me dijo que adelante sin dudarlo, que vivirÃa una experiencia única y que podrÃa ayudar asà a la gente. Se que está detrás porque leÃa con ansia cuando me tocaba publicar a mà estas columnas y me mandaba temas para reflexionar e inspirarme.
Sin poder entender porqué ocurre esto y haciendo piña con toda nuestra familia y amigos, solo me queda el consuelo de pensar que su paso por la tierra deja múltiples huellas, huellas de lucha, compromiso, belleza, ideales, acción, perdón, amor... Huellas profundas en mucha gente.
Hoy tenemos en la tierra a un marido, padre, iaio, amigo, profesor, maestro y camarada menos, que injustamente se va dejándonos destrozados pero que sabemos que nos ha marcado a todos con una huella imborrable. Adiós papá, hasta siempre, camarada.