Blanca Rosa, alcaldesa de Alcublas. EPDA.Desde que la villa de Alcublas fuera otorgada por el rey Don Jaime I a favor de doña Teresa Gil de Vidaure (Traslado notarial hecho en Jérica el 27 de octubre de 1361) hasta la actualidad esta población siempre ha vivido en torno a la agricultura y la ganaderÃa a pesar de encontrarnos a 50 Km de Valencia; esta vida que ha dejado huella en su paisaje de tierras de labor y montes de carrascas, enebros, pinos y sabinas; caleras, neveros, ventisqueros, carriladas y paredes de piedra seca,... mantienen el recuerdo del pasado.
Su cercanÃa a Valencia, parece haber facilitado la emigración y hoy vemos como nuestra población va reduciéndose sin parar; parece que esta vida rural, esencial para tener alimentos y limpiar el aire que respiramos, se planteaban algunos como un castigo, olvidando su saludable calidad de vida…
Ha tenido que darse una situación de pandemia para vernos en la tesitura de pesar el encierro y el alto riesgo de contagios de las grandes ciudades con la vida del pueblo en la balanza de pros y contras. Cada vez más personas van dándose cuenta de que a pesar de ciertos inconvenientes las ventajas de vivir en un entorno como éste, a media hora de la gran ciudad, aporta un plus de salud fÃsica y mental que no tiene precio... AsÃ, mientras visitamos el alto de los molinos y contemplamos el Penyagolosa, el golfo de Valencia, la Sierra Calderona o el Montgó, volvemos a percibir sensaciones casi olvidadas, que revitalizan nuestro espÃritu y refuerzan nuestra resiliencia…
Nuestro gran reto es poder eliminar la brecha digital que nos aleja en exceso al convertir esos 50 Km en una distancia abismal; es urgente que desaparezca cuanto antes nos dará por fin la oportunidad de vivir en un entorno saludable y trabajar telemáticamente igualando al menos las condiciones de trabajo de aquellas personas que opten por volver esa la vida rural en la que ahora aun no pueden pensar. Desde el ayuntamiento trabajamos para abrir puertas a quienes opten por experimentar esta saludable y enriquecedora vida.
