Un año más, han vuelto las lluvias. En nuestra Comunidad Valenciana estamos acostumbrados a que, llegado el otoño, llueva a cántaros y caigan chuzos de punta. Pero, después de lo ocurrido el pasado año, nos ponemos a temblar. Y con razón.
Hubo un tiempo en que estas lluvias no tenÃan otro nombre que ese, el de "lluvias". Era la lluvia a la que cantaba Raimon, poco tiempo tras la pantanada de Tous, con tanto acierto, cuando decÃa "Al meu paÃs la pluja no sap ploure", explicando, convertido en poesÃa, algo que todo el mundo aquà sabe: que o bien llueve poco y nos asfixia la sequÃa o llueve demasiado y nos ahoga la catástrofe.
Después, se llamó "gota frÃa", en una denominación que tenÃa un tanto de paradójico: desde luego, era mucho más que una gota. Mas tarde, ese fenómeno volvió a cambiar de nombre, y fue bautizado como "dana", una palabra que evoca muertes y desastres en esta tierra nuestra.
Ahora han decidido ponerle nombre propio. No solo el genérico "dana" sino un nombre de persona, como tienen otros fenómenos meteorológicos, como los huracanes. Y a este le ha tocado llamarse "Alice", comenzando el orden alfabético que se sigue en estos casos.
Alice ha hecho lo suyo, pero nada que ver, por suerte, con lo del pasado año. Sumando, además, que nos pillaba con todas las alertas puestas, que ya se sabe que gato escaldado del agua frÃa huye. Nos ha dejado también sin eventos, sin celebraciones del 9 de octubre y sin todos los eventos que estaban previstos. Una pena, desde luego, pero una pena que no ha sido tanta pensando en lo que se hubiera evitado el pasado año de tomar precauciones mucho antes. Asà que mejor prevenir que curar, echando de nuevo mano del refranero.
Esperemos que estas lluvias se vayan de una vez. Y, de paso, que no dejen a su marcha otra herencia que no sea la de llenar los pantanos y favorecer a la agricultura, que buena falta nos hace.
A ver si alguna vez llega el dÃa en que en nuestra tierra la lluvia aprende a llover. Aunque en estos tiempos de cambio climático parece que la tendencia va exactamente en dirección contraria. Por desgracia.
SUSANA GISBERT
Fiscal y escritora (@gisb_sus)