Qué digo el aborto...la " interrupción voluntaria del embarazo". Que hay que ponerse al dÃa. Es decir, que hoy ingresas en la clÃnica y te deshaces del " pasajero" - que no es ningún ser, ningún pasajero al fin y al cabo, porque estás decidiendo sobre tu cuerpo... y solo sobre tu cuerpo-.
Bueno hasta la semana X. Que luego ya no puedes. Que entonces ya se supone que tal vez será otro cuerpo, a lo qué se ve... Aunque en Colombia creo que es tu cuerpo hasta el sexto mes o asÃ... según dicen que por allà andan legislando.
Y después, como es solo una " interrupción" , pues puedes volver. Porque solo lo has interrumpido. No te olvides. Qué sà no significa interrumpir...! Detener algo que luego puedes recomenzar o retomar.
Ya sabes: interrumpo mi serie favorita, voy al baño, meo, cojo un yogur y torno a mi bendito sofá y retomo con mi mando... tan ricamente... pues solo la habÃa interrumpido... Oyes.
O como cuando dicen por la radio: " el árbitro interrumpió unos momentos el partido para consultar el VAR..."
Nada grave pues... que luego siguieron escupiendo los jugadores. Con total normalidad hasta el pitido final.
SÃ, es como cuando en lugar de cárcel, que suena tan chungo te dicen " establecimiento penitenciario", o " pena privativa de libertad". Es más largo, cierto, mucho más largo, y no sólo que cárcel si no también más coñazo que decir los castizos maco o talego. E incluso mucho más oscuro que simplemente decir prisión. O que el clásico y cruel presidio de toda la vida. Pero suena mucho mejor. Eso sÃ.
Y de esto se trata. De lo único que se trata, en realidad. De que todo nos acabe sonando de puta madre. Como cuando nos regalan el oÃdo con "Ministerio del Reto Demográfico...".
Porque una vez creado este magnánimo ministerio contra el " Invierno Demográfico"- vulgo despoblación- con todas sus secretarÃas, subsecretarÃas, direcciones generales, y sus centenares de oficinas y departamentos; y una vez bien repartidos todos sus sueldos, dietas, complementos y trienios, y cubiertos que sean todos sus santos cargos, canonjÃas y carguetes -asesores incluidos- copioso manjar tan reglamentaria y justamente deglutido entre nuestros cientos de queridos y más que suficientemente titulados camaradas, socios, amigos, allegados, vecinos y familiares... Quién diablos después de tal gloriosa orgÃa polÃtica se acordará de que alguna vez tuvimos un jodido Reto Demográfico...?