La
Asociación Valenciana de Agricultores (
AVA-ASAJA) reclama la máxima vigilancia
de los cuerpos y fuerzas de seguridad durante la recolección, el transporte
pero sobretodo la venta de
algarrobas
y
almendras
en los distintos almacenes de
recepción que proliferan en las comarcas valencianas al calor de una campaña
caracterizada por los mejores precios que alcanzan ambos frutos secos en el
mercado.
El caso de la almendra,
cuya recogida empezará en pocos dÃas, resulta especialmente significativo. La
demanda creciente entre los consumidores asiáticos e islámicos, unida a la
importante reducción de cosecha que experimentará California –principal
zona productora con el 82% del aforo mundial– a causa de la sequÃa que
viene sufriendo la costa oeste de Estados Unidos, está subiendo las
cotizaciones a máximos históricos de tal manera que, hoy por hoy, la almendra
ha pasado de ser un fruto en declive a una de las producciones más rentables de
la agricultura valenciana. Según rendimientos, el precio en origen de la
almendra con cáscara asciende a unos 2,50-3 euros por kilo, triplicando la cantidad
percibida por el agricultor en tan sólo tres años.
Por su parte, la
algarroba, aunque no alcanza cotizaciones en origen tan elevadas, sà está
registrando una ligera recuperación de los precios, los cuales se sitúan entre
0,22 y 0,25 euros por kilo. Esta revalorización en los dos frutos secos, sin
embargo, no permitirán cubrir ni siquiera los costes de producción en aquellas
explotaciones donde la sequÃa ha causado importantes mermas de producción que,
en muchos casos, son superiores al 50%.
Además de la escasez de
cosecha, la inseguridad se vislumbra como la principal preocupación de los
agricultores valencianos. Los ladrones, organizados en bandas profesionalizadas
y sabedores de los entresijos del nuevo Código Penal, amenazan la presente
campaña con los robos que empiezan ya a darse y se prevén que aumenten en los
próximos dÃas, alentados tanto por los altos precios de los frutos como por la
rapidez con que se produce el hurto y la facilidad de manejo y venta que tiene
el producto en el mercado negro.
AVA-ASAJA insiste en
destacar la importancia de vigilar los puntos de venta que hay repartidos en
comarcas como La Hoya de Buñol, L'Horta, La Ribera Alta o el Camp de
Túria. Algunos de estos almacenes no tienen licencia de apertura ni demuestran
la trazabilidad del producto, por lo que se moverÃan dentro de la economÃa
sumergida y serÃan colaboradores directos del hurto. Asimismo, una vez
localizados los puntos de recepción de mercancÃa robada, AVA-ASAJA solicita más
agilidad en el proceso judicial para evitar que se dilate en el tiempo el
cierre de estos operadores clandestinos.