Los hechos sucedieron en abril de 2016 cuando cinco personas, una de ellas el condenado y el resto sin identificar, estamparon un coche robado contra la puerta de una tienda de telefonÃa movil, de la que sustrajeron terminales por valor superior a los 47.000 euros. Un agente de la PolicÃa Nacional presenció la escena y logró detener al condenado, quien se revolvió y le dio patadas y puñetazos al ser retenido.