El
sindicato CSI·F ha interpuesto ante el TSJ recurso contencioso
contra el decreto 61/2017, de 12 de mayo, del Consell que regula los
usos institucionales y administrativos de las lenguas oficiales en la
Administración de la Generalitat. La central sindical, además, ha
pedido al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana la
suspensión cautelar de ese decreto "por los perjuicios de
imposible o difícil reparación".
La
Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI·F) explica en
su recurso que el decreto "no fue negociado con los representantes
de los trabajadores, como resulta obligado de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 37 de la Ley 7/2007 por la que se aprueba
el Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP)". No se produjo la
negociación a pesar de afectar a las condiciones de trabajo.
CSI·F,
además de interponer recurso ante el TSJ, solicita la suspensión
cautelar del decreto. Apunta en sus argumentos que "como la
jurisprudencia ha declarado, cuando el daño no es susceptible de
valoración económica porque la evaluación ofrece grandes
dificultades, se considera de reparación imposible o al menos
difícil, y se dará el supuesto previsto para suspender la
ejecución".
El
sindicato señala igualmente, en el escrito de interposición del
recurso, que establece el valenciano como lengua destacada "la
sitúa en posición de prevalencia que vulnera lo establecido en el
artículo 3 de la Constitución Española, el artículo 6 del
Estatuto de Autonomía, así como el artículo 7 de la Ley 4/1983 que
el propio decreto impugnado desarrolla". Considera la central
sindical que coloca al valenciano en un plano diferente del
castellano a pesar de que las dos son oficiales y han de situarse al
mismo nivel.
CSI·F
afirma que este decreto atentaría contra los artículos 20 y 23 de
la Constitución Española, que defienden el derecho a la libertad de
expresión y el acceso a cargos y funciones en igualdad de
condiciones. Señala que la Administración debe garantizar el
derecho de los empleados públicos a utilizar la lengua que
libremente escojan, de entre las oficiales, al hablar y escribir en
el ejercicio de sus funciones. La normativa aprobada por el Consell,
que especifica la lengua en la que realizar esas tareas, atentaría
contra esa libertad de expresión lingüística del trabajador.