Y no me refiero a los distintos rasgos y tonos de piel que observo en los compañeros de clase de mis nietas, cada vez que "me toca" ir a recogerlas al colegio. Ni a las diversas lenguas que oigo diariamente mientras espero en el ambulatorio, o a que las nenas terminen ballet, o al salir del fútbol.
Ni a los preciosos rostros orientales y africanos, enmarcados por los moños de fallera y la mantilla, que han aumentado año tras año desfilando en la ofrenda. Engrandeciendo la fiesta y haciéndola más universal. No, no me refiero a eso, ni mucho menos, todo esto despierta mi curiosidad, me da tema de conversación, estimula mi pensamiento y enriquece mi día a día...
Me refiero a las malditas "cucarachas americanas"
. Si, esas rojas asquerosas y enormes, que parecen helicópteros cuando revolotean. Y que según me dice el desinsectador, que tuve que pagar yo de mi bolsillo, "desembarcaron" en el puerto en un contenedor hace años y h
an exterminado a las pobres cucarachas negras españolas
, mucho más pequeñas, que no volaban y que por tanto no pudieron escapar de ellas.
Me refiero al terrible
"mosquito tigre asiático"
, que al parecer entró por Cataluña y ha ido extendiéndose por la Comunidad Valenciana, cuya picadura, es mucho más dolorosa, molesta, duradera y muy peligrosa según tengo entendido, por las graves enfermedades que puede transmitir y por la reacción alérgica que puede producir. ¡Este minimosquito nos ha amargado todo el verano y parte del otoño!
Me refiero a las dichosas "Carpa" y "Perca sol" asiáticas, o al "siluro" centroeuropeo, que según nos contó un pescador de El Palmar cuando fuimos este verano, son los responsables de la práctica desaparición del Samaruc, pescado casi exclusivo del territorio valenciano, que se encuentra en peligro de extinción.
Aunque parece ser que el invasor que más amenaza la pesca de la albufera, según nos dijeron, es el "
cangrejo azul americano
" que además de devorarlo todo, rompe los aparejos tradicionales de pesca con sus pinzas. Los pescadores se desesperan y advierten que cuando ya nadie pesque en la albufera, todos nos preguntaremos qué pasó, pero entonces será tarde, muy tarde...
En verdad, estos "invasores" despiertan mi rechazo más absoluto, mi odio más profundo, unos sentimientos que se unen a mi total indignación y estupor al comprobar que ni la Generalitat, ni el Ayuntamiento toman medidas adecuadas para protegernos, ni a las personas, ni a nuestros animales o plantas.
Yo les animo a que desinsecten como Dios manda, y que aunque las ratas sean "autóctonas" también desraticen, pues ya tienen el tamaño de conejos y campan alegremente por nuestros parques. No entiendo por qué no se actúa de una vez, antes de que sea demasiado tarde y tengamos que lamentarnos, frente a estas "plagas", que dejen de tirar balones fuera, mirar hacia otro lado...¡ y gastar nuestro dinero en pintar los bancos de colores y ponerles faldas a los semáforos!.
Por favor, limpien, desinsecten, desraticen y controlen estas plagas
, gasten nuestro dinero en las necesidades reales que nos benefician a todos y no en hacer guiños a unos pocos.