Constantemente
en nuestro dÃa a dÃa vivimos momentos de desacuerdos con otras personas, ya sea
nuestra pareja, hijos, padres, amigos, etc.
Ante
esto, en la mayorÃa de las ocasiones intentamos defender nuestra ideologÃa, queriendo
tener la razón a toda costa. Da igual si esto conlleva un enfado.
Dicho
enfado no nos aporta ningún beneficio, ya que nos produce estrés,
irritabilidad, malestar, decepción y pérdida del tiempo.
Cierto
es que existen momentos ante situaciones
concretas que es inevitable. Esto se debe a una respuesta inmediata de nuestro
cerebro, liberando ciertas sustancias quÃmicas para defenderse.
En
cualquier caso y una vez pasado ese momento repentino de alerta y defensa
natural, hay que trasladar la información a nuestra parte racional del cerebro
y gestionar la situación.
No
discutir no quiere decir que no puedas dar a entender a la otra persona como te
sientes y qué es lo que te ha dolido. O simplemente tu opinión. De hecho, debes
hacerlo de esta forma.
Dar a entender cómo te sientes o qué piensas
es fundamental. Al igual que saber escuchar a la otra parte. Esto es muy
importante ya que de esta forma sabrás como encauzar tu respuesta.
Un
ejemplo serÃa algo asà :
-
Hijo, me he sentido mal por como me has hablado.
¿Por qué lo has hecho?
-
Porque no me dejas ir al concierto.
-
Entiendo que estés enfadado por ello, pero tus
notas no han sido la adecuadas como para tener caprichos.
-
Ya, pero es que yo querÃa ir.
-
Pues ya sabes lo que tienes que hacer para la
próxima. No soy yo quien te ha castigado, sino tú mismo no haciendo lo que
debÃas.
-
¡Vaya mierda!
-
Estás gritando.
-
¡SÃ! ¿Y qué pasa?
-
Sigues gritando.
-
¡Y más que voy a gritar!
-
Has vuelto a gritar y asà no vas a conseguir
nada positivo.
-
Quiero ir al concierto.
-
Sé que quieres, pero no has hecho lo que debÃas
para poder ir. Ya sabes mi opinión y no va a cambiar.
Jamás pierdas los nervios porque puede que seas tú quien
pierda la razón. No dejes que te saquen de tus casillas, porque a veces es eso
lo que el otro quiere. Mantente firme, muestra relajación y no pierdas el
control en ningún momento.
Al principio cuesta, pero cuando veas los resultados, te aseguro
que no volverás a hacerlo de otra manera.
Enfadarse es perder el tiempo. La gran mayorÃa de los enfados
cotidianos son evitables. Al fin y al cabo, no vas a estar enfadado durante
mucho tiempo. ¿Para qué disgustarse y pasar un mal rato? Una situación pasada
ya no se puede cambiar.
«Si quieres que te
entiendan, da a entender»