Mucho se está debatiendo sobre si nuestras viviendas estaban preparadas para ser habitadas como lo estamos haciendo. La respuesta es fácil: NO. Un gran porcentaje de las viviendas existentes se han proyectado en función de un estudio de mercado que arrojaba la vivienda que mejor se venderÃa. Y asà se hacÃan, y asà se vendÃan y asà las hemos vivido... Hasta ahora.
Durante estos dÃas que estamos pasando en nuestras casas, en nuestros hogares, estamos realizando el mayor ensayo que se podÃa realizar sobre la habitabilidad de nuestras viviendas. Y sÃ, nos servÃan para ser ese lugar que pasábamos cuando no estábamos en el trabajo, en el parque o en cualquier lugar de ocio, pero no para vivirlas de forma continuada. Nos falta luz, nos faltan zonas exteriores privativas, nos faltan cocinas con mayor superficie, una zona donde teletrabajar o donde nuestros hijos hagan los deberes. En definitiva, nos falta o espacio o versatilidad, además de las tan solicitadas terrazas. Muchos arrepentidos hay estos dÃas entre los que cerraron sus terrazas para ganar superficie en el comedor.
Mucho tiempo pasamos navegando en internet y las demandas de vivienda con terraza y jardÃn han aumentado en viviendea.com. Incluso aquellas alejadas de los núcleos urbanos. ¿De repente queremos vivir fuera de la ciudad? ¿Una nueva oportunidad para la España vaciada? Esta respuesta no es tan fácil.
Que tenemos que proyectar viviendas que se adapten a las necesidades de sus futuros usuarios es algo que la tecnologÃa ya permite. Proyectar viviendas con elementos versátiles es algo que no es nuevo, pero que ahora será necesario. Terrazas, sà o sÃ. Zonas comunes, en crisis. Y podemos seguir debatiendo. Porque el debate ya no está en la mesa, ni siquiera está en las calles vacÃas, está en nuestra propia casa.
Y esto pasará, y muchas cosas serán iguales, y otras no. El proceso de materialización de vivienda de obra nueva es lento, y las viviendas que surjan de estas nuevas necesidades las empezaremos a ver en unos años. Nosotros ya estamos tomando nota para hacerlo pero, ¿Nos acordaremos entonces, o volveremos a vivir del mismo modo?
Y no se nos olvide una cosa. La columna que ahora mismo está usted leyendo está en la sección de economÃa. Las expectativas económicas no son las mejores con una alta previsión de paro. Sin clientes no hay demanda, sin demanda no hay oferta. Por mucho que queramos vivir de otra manera, lo primero que hay que hacer es centrarse en las personas y su dÃa a dÃa. Eso sà que necesita una respuesta rápida y contundente y menos debate.
Y ya continuaremos debatiendo sobre cómo queremos vivir. Por otro lado, apasionante debate, apasionante reto, al que añadiremos, si me lo permiten, el de la movilidad.
CuÃdense mucho, en sus casas. Nos vemos pronto.