Belén Lledó (i), directora cientÃfica del Instituto Bernabeu Biotech, y Andrea Bernabeu, ginecóloga y codirectora médica del Instituto Bernabeu. EFEUn estudio pionero del Instituto Bernabeu de Alicante, en colaboración
con la Universidad de Nueva York, ha desvelado que la población
bacteriana del útero influye decisivamente en el éxito o fracaso de un
embarazo.
Esta es una de las últimas investigaciones cientÃficas
que han sido presentadas en el III Congreso Internacional 'Meeting the
Experts', organizado por el Instituto Bernabeu en Alicante, con decenas
de especialistas en medicina reproductiva de distintas partes del mundo.
Este
estudio sobre el microbioma del útero (la población de bacterias) se ha
realizado a partir de 265 muestras provenientes de 48 pacientes, y
constituye una de las lÃneas más modernas en este ámbito de la salud
reproductiva ya que hasta hace relativamente poco tiempo se creÃa que el
útero era una zona aséptica donde no habÃa bacterias.
La
directora cientÃfica del Instituto Bernabeu Biotech, Belén Lledó, ha
explicado a Efe que "el microbioma de las mujeres que sufren fallos en
la implantación (de embriones) y abortos de repetición temprana es
diferente" a las del resto.
De esta manera, la identificación y
descripción de esta población bacteriana en el útero y la consiguiente
corrección de las descompensaciones mediante la administración de
probióticos (no antibióticos) ayuda a elevar la tasa de éxito en los
tratamientos de medicina reproductiva.
El estudio del microbioma
se ha convertido en "una valiosa herramienta más para comprender la
interacción entre el embrión y el útero" y el tratamiento posterior para
compensar la población bacteriana ayudará a elevar las tasas de éxito
de las mujeres que desean tener un bebé, según la ginecóloga y
codirectora médica de Instituto Bernabeu, Andrea Bernabeu.
La
experta ha añadido a Efe que, aunque aún "se sabe poco", la variación de
la composición de la flora bacteriana en el útero y la vagina abre un
gran abanico de posibilidades para mejorar las expectativas de embarazo.
Esta
lÃnea cientÃfica a partir del denominado segundo genoma, el bacteriano,
se inició hace tres años con la colaboración del especialista David
Keefe, de la Universidad de Nueva York, partiendo del hecho de que por
cada célula humana hay nueve bacterias.
El director del Instituto
Bernabeu, Rafael Bernabeu, ha recordado que hasta ese momento se
consideraba cierto que el útero era aséptico, aunque ahora se ha
demostrado que "no es asÃ".
Los estudios liderados por su centro
de investigación aclaran "si el útero de la mujer contiene una población
bacteriana hostil o favorable a la consecución del embarazo" y, por lo
tanto, los riesgos de que haya dificultades en la implantación del
embrión y posibles abortos prematuros o esterilidad.
Al conocer
esta situación, los cientÃficos pueden corregir las carencias y pasar a
compensar la presencia de bacterias a partir de probióticos que
facilitan el éxito del tratamiento reproductivo.
El congreso
internacional también ha tratado las posibilidades de la inteligencia
artificial (IA) en la selección embrionaria, asunto en el que el
director de Relaciones con los Clientes de la farmacéutica Merck, el
argentino Diego Ezcurra, ha apostado por las bases de datos gigantes
('big data') para predecir con exactitud la tasa de implantación y, por
tanto, el éxito en un tratamiento de reproducción asistida.
A
partir de la comparación de "trillones" de datos de otros pacientes, la
IA ayuda a los médicos a determinar cuál es el mejor óvulo,
espermatozoide y embrión para los mejores resultados.
Ezcurra ha
declarado a Efe que tradicionalmente la selección de los gametos o
embriones se hacÃa "a ojo" del experto médico pero ha advertido de que
se trata de un criterio subjetivo y no cientÃfico que la IA ayuda ahora a
superar.
"La inteligencia artificial no mejora la calidad del
material genético pero sà aporta observaciones mas precisas basadas en
miles de millones de datos previos, y determina cuál es la mejor opción
para una paciente en particular", ha indicado.
Esto evitará, a su
vez, que la mujer que acude a una clÃnica tenga expectativas erróneas
sobre si tendrá un bebé y, al mismo tiempo, reduce el tiempo del
tratamiento, disminuye el riesgo de embarazos múltiples y de los
abortos, asà como el costo del tratamiento.
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