La jueza sustituta del Juzgado de Instrucción 18 de Valencia ha acordado
mediante
un auto la formación de una nueva pieza separada, la K, en el marco del
llamado 'caso
Imelsa', para investigar supuestas irregularidades en contrataciones de
los ayuntamientos de Requena y Enguera durante el año 2013 por
servicios que presuntamente no fueron prestados.
La
instructora entiende que los hechos pueden ser constitutivos de delitos
de prevaricación, malversación de caudales públicos, falsedad en
documento oficial, revelación de secretos, negociaciones
prohibidas a los funcionarios y tráfico de influencias.
En
esta nueva causa, derivada de la pieza D -que se sigue por las presuntas
irregularidades en la adjudicación con cargo al presupuesto de Imelsa
de un servicio denominado 'call center' a la
empresa Servimun- tienen la condición de investigadas un total de diez
personas.
Entre
estos investigados figuran el exalcalde de Requena Javier B.R. y el
actual primer edil del municipio, Mario Sánchez, así como los exalcaldes
de Enguera Santiago A.LL. y Óscar M.P.
Las diligencias se dirigen también contra la
que fuera
secretaria del Ayuntamiento de Enguera, un asesor y un funcionario de
la Diputación
de Valencia y tres empresarios: el administrador de Servimun y los
administradores de la firma Técnicas Legales Administrativas (TLA).
En
el caso del Ayuntamiento de Requena, la investigación se centra en el
abono de tres facturas entre marzo y agosto de 2014 a TLA, en contra del
informe de la interventora municipal, por trabajos
de los que no existe constancia en ningún expediente administrativo.
Igualmente,
el juzgado investiga la adjudicación a Servimun por el procedimiento
negociado sin publicidad en octubre de 2013 de un contrato de 50.000
euros por el que el Consistorio acabó pagando,
entre 2015 y 2016, facturas por un total de 178.000 euros, "sin que
existan evidencias que determinen la realidad de los servicios
prestados", según se recoge en el auto.
Por
lo que respecta al Ayuntamiento de Enguera, la instructora aprecia que
existen indicios para investigar a un exalcalde por adjudicar un
contrato en abril de 2013 y a la entonces secretaria
municipal, que emitió un informe favorable a esa contratación.
El
Consistorio, ya con otro alcalde al frente, acabó pagando en agosto de
2015 una factura de 21.780 euros a Servimun, por un concepto diferente
al inicial del contrato: la regularización de
un camping de la localidad.
En
esas presuntas irregularidades habrían intervenido, de acuerdo con la
resolución judicial, un asesor del entonces presidente de la Diputación
de Valencia y un funcionario de la citada institución.