Y tan casero que era que en lugar de estar en la Carrera de San Jerónimo como todo Dios a la hora consabida de una votación dicen que tan trascendente, cuando menos para su postuladora también hoy conocida por Lady Paro, el bueno de Casero, pues nada, que tan calentito en su casa.
Y tan agustito que estaba el hombre, con sus pantuflas, el batÃn y la calefacción a tope... que los febreros son muy traidores, sobre todo en los madriles que corre un biruji que ni te cuento...que hay que ver por esa traidora cuesta tan empinada que te lleva al hemiciclo. Y a vivir que son dos dÃas... que yo esto lo resuelvo en un plis plas. Y metió la pezuña desde casa. Y hasta el corbejón. Según parece..
Pero no se equivoquen que no estaba conspirando. Que va. Que ustedes siempre tan mal pensados. Que en Madrid jamás hubo ni hubieron conspiraciones. Ni conspiradores. Que allà sólo moran los angelitos. Especialmente entre la prestigiosa élite politica. Que de seguida se dio cuenta el hombre. Y entonces quiso arreglarlo. Y a toda prisa? y tras alertar a su señorito don Teodoro, se desnudó del pijama del birrete y a toda leche salió follado el petimetre.
Pero lo peor estaba aún por llegar. Que dicen que los ujieres del Congreso y pese a todo el estrés que habÃa pasado Casero para pillar aquellas horas un taxi, le querÃan impedir el acceso pues no se sabe muy bien porqué conocÃan los bedeles y de buena tinta que el muchacho estaba enfermo. Vamos que era pelÃn contagioso.
Y que dicen las malas lenguas que será otra conspiración que no querÃan dejar pasar al bueno de Casero, tal vez urdida por su propio señorito al saber que la cosa de doña Yolanda se iba a rechazar por los dos votos en contra de los diputados navarros, que previamente parecÃan sobornados y bien sobornados y en el ajo de la historia. Pero no.
Y tal fue el lÃo que al final Casero logró sortear a los ujieres que más parecÃan duros porteros de discoteca; pero que nada, que más le valdrÃa haberse quedado tranquilito en su casa y tan calentito, porque Meritxell le dijo que tampoco que a qué leches venÃan tantas protestas ni tantas prisas. Qué lo único que vale y ha valido siempre es el voto emitido desde casa. Vamos como tiene que ser. El voto Casero. El de toda la vida.
Es por eso que los muy sufridos diputados y diputadas han respirado al fin aliviados. Y aliviadas. Que a partir de ahora no hace falta ni que te pases por el Congreso. Ni por el Senado. Claro. Ni una vez al año para la Ley esa de los Presupuestos. Ni para jurar el cargo.Vamos. Pues todo lo que se van ahorrar en taxis, en aves, en hoteles. Hasta en queridas o en queridos en los madriles. Vamos que asà y de un plumazo los ha puesto a todos y a todas en casa. La buena de doña Meritxell. Hasta ayer mismo la Presidenta del Congreso. Osea.