La considerada España de "Frascuelo
y de María", según don Antonio Machado, ha sabido contestar a pesar del
hartazgo electoralista, al que ha sido sometido. Españaha ido haciéndose
mayor en materia democrática y ha dado a la clase política una lección bien
aprendida: no queremos mayorías absolutas que gobiernen con el rodillo del
aplastamiento.
Hace ya tiempo, una gran amiga, que
había sido concejal por determinado partido polìtico en un pueblo de la huerta
valenciana, al manifestarla mi regocijo por la mayoría absoluta conseguida por
uno de los grandes partidos, me dijo: cuidado, ahora viene lo más difícil,
porque no tienen quien los controle. A tenor de los resultados a los que todos
hemos asistido, tenía toda la razón: las mayorías absolutas, solo sirven para
corromperse -presuntamente-, solazarse y no hacer practicamente nada, solo lo
justo, para que no digan.
Por eso, los españoles han tomado la
decisión de no permitir que se vuelva a repetir el error de las mayorías
absolutas, ya que son un auténtico peligro para la gobernabilidad del Estado.
Existe presunta corrupción tanto en la izquierda como en la derecha, por tanto
para evitar situaciones adversas como las vividas, el pueblo español habla
claro y muy alto: queremos un gobierno de consenso, que cumpla con sus
programas y que nos conduzca a buen puerto, porque nuestro buque necesita de
una tripulación honesta, trabajadora, limpia y sobre todo comprometida con el
conjunto del Estado.
Los españoles también han lanzado
mensajes subliminales a los políticos: España, no se fragmenta, ni se divide,
ni se negocia con ella. La "unidad española" es innegociable, indiscutible y
sobre todo, el pueblo no va a permitir que determinadas regiones, rompan el
conjunto del Estado. Por esa razón han votado a VOX, para que se convierta en
el garante de la Soberanía Nacional, el que haga que el centro-derecha, siga
unido y que vertebre la unidad del Estado, frente al independentismo y las
veleidades del resto de grupos políticos.
Necesitamos que se forme un gobierno
ya. No podemos dilatar más la agonía gubernamental a la que estamos sometidos
los españoles. Hay que hacer frente a muchos problemas y sobre todo hay que
saber actuar de forma firme y contundente, frente a los que dinamitan las
acciones de los sectores productivos españoles.
Pero no solamente hemos de fijarnos
en éstos temas, hay otros fundamentales: ¿como va a ser la atención a las personas
con disfunciones mentales? ¿van nuestros mayores a seguir cobrando las
pensiones y éstas van a ser justas? ¿vamos a atender a los investigadores y
científicos como se debe? ¿vamos a ver regulado el IVA con justicia sobre los
productos básicos? ¿tenemos que seguir consumiendo naranjas de Sudafrica? ¿como
van a ser la campañas de turismo? ¿porque pagamos tan caro el pan, la leche,
los huevos, las patatas o el café?
Preguntas que se hacen los
ciudadanos de a pie. Y que rara vez, les llegan a la clase política como debe.
Señores políticos: los españoles
hemos hablado, y lo hemos hecho claro, alto y de forma ejemplar. Ahora les toca
responder a ustedes. ¿Sabrán estar a la altura de la respuesta del pueblo
español? VALE.