La pasada semana salieron los resultados del informe PISA. España no salió muy beneficiada en ese aspecto, pero peor todavÃa fueron las comparativas entre comunidades autónomas como si de una competición a ver quién es el mejor dentro de España.
Vamos a contextualizar lo relevante: ¿Qué es el informe PISA? Es el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE. ¿Cuál es su objetivo? Contribuir a evaluar de forma sistemática los conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias de los jóvenes de 15 años y son capaces de hacer al finalizar su Educación Secundaria Obligatoria (ESO). ¿Quién participa? Este informa se realiza en más de 80 paÃses del mundo. De hecho, según el Ministerio de Educación, formación Profesional y Deportes, España ha participado, desde su primera edición en 2000, en todos los ciclos de 3 en 3 años: 2003, 2006, 2009, 2012, 2015 y 2018. También en la edición de 2022 (prevista inicialmente para 2021, pero aplazada por el COVID-19) y ya está centrada en la del 2025.
Ahora que ya sabemos de qué trata, vamos a centrarnos en los datos. En este año 2023, los resultados en España no han sido muy buenos. Aunque ciertos medios de comunicación insistan en mantener el positivismo que ya roza los lÃmites Mrs. Wonderful a golpe de ''pero aun asÃ, resiste al batacazo global'', que esto es lo mismo que decir: mal de muchos, consuelo de tontos.
A nivel general, España está en el puesto 28º en Matemáticas, retrocediendo ocho puntos, y Ciencias, con 473 y 485 puntos, con un ligero descenso y en el 29º en Comprensión Lectora, con 474 retrocediendo tres puntos. Y, en lo que respecta a las Comunidades Autónomas, sólo dos comunidades autónomas mejoran su rendimiento en dichas pruebas, es decir, Castilla y León y Asturias, a pesar de que las que han bajado el rendimiento de manera brusca, como es el caso de Cataluña, se empeñe en que la culpa es del alumnado inmigrante y, además, lo digan sin consecuencia alguna.
No obstante, cabe destacar la importancia de la Comunidad Valenciana, donde los estudiantes valencianos se sitúan por encima de la media en lectura (483) pero bajan en ciencia y matemáticas (473).
El kit de la cuestión aquà deberÃa ser: ¿qué está pasando con nuestro sistema educativo? ¿Qué falla en él para tener estos resultados? La clave puede ser: la memorización.
Nuestro alumnado no aprende para la practicidad de las cosas, sino que aprende para memorizarlas y, después, escribirlas en una hoja llamada examen. Y por eso que hay un factor que se nos olvida en la educación: la existencia dos tipos de memoria concretas para el aprendizaje -aunque hay muchas más-. Por un lado, la memoria que se ubica en el hipocampo y que nos permite recordar y memorizar y, por otro lado, la memoria procedimental, que nos permite automatizar cómo se hacen las cosas tras comprenderlas. Y esta es la que perdura incluso cuando se pierde la memoria del hipocampo.
Precisamente por eso, a veces nos asombramos de hacer cosas sin recordar que sabÃamos hacerlas y, también, quizá es la memoria que se deberÃa poner en práctica en el aula: trabajar para comprender y no memorizar. Esto es una reflexión que lanzo.
Tampoco deberÃamos olvidar que también hay otros elementos que fallan, como la evaluación, desde luego que la resolución en su artÃculo único de la Ley Orgánica 3/2020 o LOMLOE donde la evaluación es cualitativa y el total de los informes nos llevan 115 hojas por curso, tampoco es la solución -y mucho menos cuando derogas a golpe a machete una Ley Educativa porque no está a tu gusto-.