Garzón y los gusanos

La mayoría estáis equivocados. Creéis injustamente que Alberto ocupa un Ministerio de Consumo solamente por el acelerado reparto de despojos ministeriales que se produjo cuando Pedro y Pablo y sus respectivas bandadas cayeron en alborotado picado sobre un abatido estado, allá a finales de 2019.Nada más lejos de la realidad. Don Alberto Garzón comanda su Ministerio con auténtica dedicación y denuedo sin par. No hay más que recordar cuando en el verano de 2020, y recién estrenada la gloriosa " nueva normalidad" a todos nos instruyó con sus verdades del barquero sobre nuestro deleznable y franquista turismo. Y por supuesto le metió el dedo en el ojo hasta los mismísimos camareros. Sin duda alguna se lo merecían. Y aún más en plena pandemia.Más tarde, y como todo es susceptible de empeorar, el problema del consumo en España paso a ser para el bueno de Garzón el jamón serrano y el aceite de oliva. Y de nuevo dio en el clavo, pues llegada sea la hora de acabar con tan nefandos y grasientos monocultivos. Y gracias a que este valiente y preclaro servidor público dio el primer paso, se están asentando las bases para esa nueva alimentación que se alumbra sin duda más sostenible. Y sobre todo más acorde con la insoslayable Agenda 20-30. Que todos debemos adorar y servir como es sabido.Pero aquí no acaba su imprescindible trayectoria, que en la primavera de 2021 creo, alumbró el que quizás sea su mayor logro hasta el momento. Pues de pronto Maese Garzón descubrió que ya estaba bien de comer carne. Que no puede ser toda esta orgía tan española de tanto chuletón ni tanta longaniza, que se acabaron de una puta vez los torreznos...que tanta industria cárnica nos asola. Que nos sobran carniceros y  charcuteros por todos lados. Viles asesinos del ecosistema...Hoy sabemos por la prensa que es ahora en este incierto otoño cuando don Alberto ha vuelto a atacar furibundo en pos de que al fin alcancemos un agricultura y unos hábitos de consumo que además de sostenibles nos aseguren una vida más larga, más próspera y más sana. Es por ello que ahora toca acabar y de cuajo con los bollycaos, los donuts y las jodidas chocolatinas. Y por supuesto con todas las chuches. Que ya está bien de tantos azúcares. Hostia. He dicho.Y por fín en fechas recientes y gracias al magnífico gobierno de Aragón, hemos sabido que los denodados esfuerzos de don Alberto no han caído en saco roto, porque el ejecutivo maño, discípulo aventajado, ha publicado unas valientes recomendaciones sobre la alimentación del futuro en que a modo de globo sonda ha dejado caer que en la misma no podrán faltar los insectos. Ni por supuesto los gusanos. Difícil será encontrar pues manjares más equilibrados y más nutrientes. Dicen.Eso sí, siempre y cuando don Alberto les de el visto bueno. Que donde manda capitán, como es sabido, no manda marinero.