Nadie pone en duda, razonablemente, que el horizonte temporal que hemos de afrontar es altamente incierto.
En el contexto internacional, la deriva proteccionista de EEUU y sus efectos sobre las economÃas motrices de China y Alemania que también ha alcanzado a los productos agroalimentarios españoles, el in-and-out del aislacionismo británico, la respuesta xenófoba en Europa ante la desesperación migratoria que provoca la guerra y la escasez extrema.
En el nivel doméstico, la polarización creciente entre la respuesta violenta del separatismo y las posiciones del arrebatado patrioterismo centralista, configuran un paisaje cotidiano que puede poner en serio riesgo las conquistas y la estabilidad democráticas.
Al tiempo, esta pujanza de la impermeabilidad identitaria está relegando a un segundo plano la reflexión compartida de retos urgentes: la herencia ecológica ante el cambio climático, el empleo y qué tipo de empleo en el ojo de la ralentización económica, las consecuencias no deseadas de la digitalización, la derrota de la cultura machista, el caso omiso a la juventud ya descolgada del sistema, la galopante desigualdad entre ricos y pobres que obstruye el acceso a los recursos elementales o blindar el sistema público de nuestras pensiones, …
Advertimos el desconcierto y sentimos inquietud. Y ahÃ, ante el abismo del miedo, irrumpe el relato simplificado de la identidad: a qué bandera seguir y contra quién ir. Pero no vamos a regresar a ese mundo ancestral que ya superamos. Porque nos diferencia y nos deshumaniza. Porque nos impide ver la verdadera desigualdad: la división entre los que tienen y los que no tienen.
En democracia, para vencer las dificultades y desafiar la complejidad, la ciudadanÃa consciente ha de votar, aunque esté enfadada, y luego exigir.
Frente al partido arruinador de arcas municipales, no conozco personas más idóneas y capaces que vuestras alcaldesas y alcaldes socialistas de l'Horta Nord: Luisa, Amparo, Cristina, Mª Carmen, Miguel, Pepe, Llorenç, Ramón, Rubén, Rafa, Paco, Sagredo, Enric, Fran o Puchol.
Frente al partido condenado por corrupción, - y ahora, también tramposo, - las mujeres y los hombres socialistas han mostrado, históricamente, mayor sensibilidad con la igualdad y son la mejor garantÃa de discurso centrado y sereno para plantar cara a este escenario de la confusión. Con un proyecto de ilusión convergente y no diferenciador.
Frente a quienes han imposibilitado la formación de un gobierno progresista, no hay evidencias más claras de polÃticas avanzadas que los presupuestos bloqueados por la derecha y los independentistas; o los "viernes sociales" del Gobierno de Pedro Sánchez: ampliación de los permisos de paternidad, atención a las personas paradas mayores de 52 años o a las cuidadoras de la dependencia, …
El 10N, contad conmigo. #YoSÃVoto. Ahora, Gobierno socialista.