La Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente ha iniciado los trabajos previos para la modernización de la línea 9 del TRAM de Alicante que comunica Benidorm con Denia y cuya inversión asciende a 3,7 millones de euros.
Los presupuestos de 2013 incluyen esta partida para la mejora de la línea ferroviaria, que ejecutará la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE) como parte de un plan de inversiones para los próximos años.
A primeros de semana comenzaron los trabajos previos de toma de datos topográficos y geotécnicos, que determinarán el estado de la vía y de la superestructura.
El estudio geotécnico durará tres semanas y se está llevando a cabo en horario nocturno para no interferir en el tráfico ferroviario. Respecto al estudio topográfico, se estima que tendrá una duración de dos semanas. Se realiza de día ya que no afecta al tráfico.
Con los resultados de estos estudios se elaborará el proyecto para poder licitar la obra que llevará a cabo EIGE.
El objetivo de la Generalitat es modernizar y mantener el servicio de la línea 9, tal y como anunció la consellera de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Isabel Bonig, en un encuentro con alcaldes de las poblaciones por las que discurre esta línea.
Esta actuación forma parte de un plan de inversiones de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente para los próximos años que contempla la renovación de la vía, la incorporación de nuevo material móvil y la actualización del sistema de comunicaciones y señalización.
La finalidad de estas actuaciones es mantener la explotación actual, garantizando la máxima seguridad y calidad. Asimismo, con estas mejoras la línea 9 quedará homologada con el resto de la red, permitiendo una integración total de esta línea con el resto de la red de FGV en Alicante.
Las primeras actuaciones previstas supondrán la renovación de vía de 1,5 kilómetros entre Benidorm y Disco-Benidorm y del tramo Olla de Altea-Calp, de siete kilómetros, así como iniciar el acondicionamiento y rehabilitación de los puentes metálicos de la línea.
La línea 9, que gestiona Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), cuenta con una longitud de 51 kilómetros que pasan por 11 estaciones y siete apeaderos, distribuidos en ocho municipios. El pasado año la conexión Benidorm-Denia registró un total de 735.921 viajeros.
Puentes emblemáticos
Esta línea, inaugurada entre 1914 y 1915, posee el mayor número de puentes metálicos originales y en uso de toda la Comunitat, simbolizando un conjunto monumental de primer orden y alto valor patrimonial. La línea cuenta con nueve puentes metálicos y otros siete puentes que han incorporado tableros de hormigón en los últimos años.
El acero, material predominante en las obras de principios de siglo XX, dio lugar a nuevas y ligeras estructuras donde la ornamentación no constituye el elemento principal, que se expresa sin embargo a través de las novedosas técnicas y lo maleable del material.
Ejemplos tan singulares como el viaducto sobre el barranco de las Aguas, el del Pou Roig, el Mascarat o el de Quisi, presentan esta tipología:
En Benissa se alza el espectacular viaducto construido sobre el barranco de Pou Roig o Ferrandet. Obra de 16260 metros de longitud, formado por cuatro tramos metálicos, de viga pratt, 2 de 42 metros y 2 de 22 metros, que apoyan en pilas troncopiramidales y estribos de sillería. Posee barandilla superior metálica y pasos peatonales en ménsulas.
El viaducto del Mascarat está en el término municipal de Calpe, salvando el barranco del Mascarat, singular accidente geográfico desde donde se contempla el Peñón d'Ifach y que debe su nombre a los "enmascarados" que esperaban estratégicamente allí a las diligencias del camino para asaltarlas. Cuenta el propio ingeniero en las crónicas de la época que su construcción fue muy dificultosa. Se trata de un cortado entre dos masas rocosas de paredes lisas y verticales, que impedían montar por los medios habituales.
Pero sin lugar a dudas destaca el conocido Viaducto de Santa Ana, realizado para salvar el barranco del Quisi o de Santa Ana, de donde toma el nombre. Situado en el p.k. 38,300 de la línea férrea, tiene una longitud de 162 metros y una altura máxima de 50 metros, y salva el último obstáculo geográfico antes de acceder a la localidad de Benissa desde el sur. Está estructurado en seis tramos, los dos centrales con una luz de 42 metros y los cuatro laterales de 22 metros, con vigas metálicas tipo Pratt y tablero superior, sostenidos por cinco pilas metálicas de perfil triangular y dos estribos laterales. Los anclajes de las pilas se apoyan en basamentos de mampostería forrados con sillería, al igual que los estribos laterales. Dispone de barandilla y paso peatonal metálico.
Más de 100 años de historia
Los proyectos de Juan Bautista Lafora (1882), Teodosio Alonso Pesquera (1889-1902) y los de José Carbonell y Morand (1911-1913) lograron configurar una red que permite hoy en día realizar una mirada al territorio, donde conviven el uso y modernización actual con un patrimonio industrial que ha de ser valorado y estudiado. Este trazado se ha insertado en el paisaje alicantino, no pudiéndolo interpretar como un elemento aislado, sino como parte de un contexto, como un objeto de la memoria colectiva.
Las obras comenzaron en 1911, siendo adjudicadas en un primer momento a la casa francesa Péchot y Marx y, posteriormente, a la Société Internationale de Travaux Publics. El tramo de Alicante a Altea fue finalizado en 1914 y el de Altea a Denia en 1915. José Mª Alonso Serra del Real fue el ingeniero director de la construcción y explotación de los Ferrocarriles Estratégicos y Secundarios de Alicante, estando al frente de las obras, llevándolas a buen término y superando las dificultades e imprevistos que fueron surgiendo.
