Puig y Bonaccini ya habían mantenido contactos previos, pues se trata de una región muy parecida a la castellonenseLa Comunitat Valenciana y la región italiana de Emilia-Romagna reclamarán en la Unión Europea acciones para ayudar a las industrias azulejeras de ambos países a superar la situación "absolutamente asfixiante" por la que atraviesan debido al incremento de los costes energéticos.
Así lo ha explicado este martes el president de la Generalitat, Ximo Puig, en declaraciones a los periodistas en la sede del Gobierno de Emilia-Romagna en Bolonia, donde se celebra la feria italiana de la cerámica (Cersaie) en la que participan 69 empresas españolas de fabricantes de azulejos y pavimentos.
El president se ha reunido con Stefano Bonaccini, presidente de la citada región italiana, en la que, como en la provincia de Castellón, hay una gran implantación del sector azulejero, y todo ello en un encuentro que Puig ha calificado de "extremadamente positivo".
La reunión ha versado sobre la "crisis energética" que golpea al sector cerámico y que en ambas regiones les "está afectando de manera muy directa y similar", y en ella se han sentado las bases para "trabajar juntos" e intentar "aliviar una situación" que es "absolutamente asfixiante para la industria cerámica".
Así, se pedirá conjuntamente una reunión con el responsable de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Paolo Gentiloni, para evidenciar ante la Unión que esta situación para la industria gasointensiva "es absolutamente inaguantable e inaplazable".
"Debe haber una acción por parte de la UE porque nos estamos jugando el futuro de un tejido industrial fundamental", ha señalado Puig. Además, se planteará también tomar medidas en el mercado de CO2 que afecta a los resultados de la industria cerámica.
Se trata de una "acción conjunta en la UE junto a las patronales valenciana e italiana" para actuar "de una manera lo más potente posible", ha añadido el president.
Además, Puig ha explicado que hace 30 años que se firmó el protocolo de colaboración entre la Comunitat Valenciana y Emilia-Romagna y ahora se ha acordado que antes de final de año se firme uno nuevo y "mucho más ambicioso", pues a su juicio "es evidente" que tienen muchas posibilidades de hacer cosas juntos en diferentes programas europeos, como en materia universitaria o turística.
Se trata, ha dicho, de "buscar todos los puntos de conexión posibles para trabajar de una manera coordinada en un momento en el que también estamos preocupados por algunas situaciones políticas que han pasado recientemente en Italia", ante las que ha reivindicado "el espíritu europeo y capacidad de poner por encima de cualquier otra circunstancia el modelo social europeo".
Puig y Bonaccini ya habían mantenido contactos previos, pues se trata de una región muy parecida a la castellonense en cuanto a tejido productivo. Las azulejeras de esta zona se enfrentan a los mismos problemas estructurales y coyunturales a los que tiene que hacer frente la industria cerámica castellonense. En España, sin embargo, las empresas del sector cuentan con ayudas como la excepción ibérica y a la cogeneración, que contribuyen a mitigar parcialmente el aumento de los costes energéticos.
Sin embargo, las azulejeras españolas vieron cómo su factura energética se incrementó en 2021 hasta los 1.000 millones de euros y se prevé que se superen los 2.000 millones en 2022, incluso se podría llegar a los 2.400 según datos de la patronal azulejera Ascer.
Así, en 2021 el gas subió un 142 %, la electricidad un 94 % y los derechos de emisión de CO2 se multiplicaron por seis, mientras en 2022 los precios "siguen una tendencia muy al alza".
Esto lleva, en muchos casos, a que las más de 240 empresas del sector cerámico de Castellón se enfrenten a una situación paradójica en la que existe mucha demanda de producto pero producir "no sale a cuenta".
Este incremento de gastos se produce igualmente en la industria azulejera italiana, que estudia solicitar medidas similares por parte del Gobierno o de la Unión Europea.
Además, todas las empresas cerámicas europeas se enfrentan a la voluntad de la UE de que se avance en la descarbonización con el cumplimiento de unos hitos que marcan que cada año se tenga menor capacidad de emisión y un aumento de las cuotas.
La industria cerámica está inmersa en la búsqueda de nuevas energías alternativas, como el hidrógeno verde, pero se prevén unos gastos elevados a los que hay que sumar la competencia de aquellas empresas de fuera de la UE o incluso de europeas que producen fuera y que no están sujetas a estas exigencias medioambientales.
Ximo Puig aboga por "repensar" estos plazos marcados por la UE para evitar que las empresas españolas se vean forzadas a producir fuera.
