A regañadientes y pese a la ancha sonrisa de su asesora, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Castellón, Verónica Ruiz, no ha tenido más remedio que tragarse el sapo de rotular con el nombre de Rafa Lloret el Teatre del Raval por exigencia popular. Ella, tan diletante y amante del jazz y de Tarque, se ha visto forzada a vislumbrar la realidad cultural castellonense, la de verdad, la que arranca en los escenarios de esfuerzos titánicos e ilusiones prometedoras en la construcción de fantasÃas y creaciones memorables. Más preocupada en retirar cruces, quitar nombres de calles y lo de la violencia de género, su balance en materia cultural es nefasto.
En cerca de ocho años no ha asistido a ninguna representación del ciclo 'Castelló à escena', el gran festival de teatro amateur castellonense que todos los años alcanza niveles de gran calidad, porque dice, palabras textuales, que "no le gusta ese tipo de teatro". Qué pocas veces ha reconocido el importante papel de la sociedad civil castellonense en la difusión y promoción de la cultura en todos los ámbitos, desde la poesÃa con AlCAP, la literatura, con la Asociación de Autores de Castellón, pasando por La Bohemia, esa iniciativa privada de templo para la cultura, a imagen y semejanza de los grandes espacios polivalentes de BerlÃn, Londres, Madrid o Barcelona.
¿Ella lee algo? ¡Qué ignorancia, Dios mÃo! ¡Que atrevimiento de una mujer a quien la ciudad le paga religiosamente su sueldo de servidora pública!. Posiblemente, la peor concejala de Cultura de la historia de los ayuntamientos democráticos de la ciudad turquesa y naranja. Cual inadaptado y anacrónico Ignatius J. Reilly, protagonista de 'La conjura de los necios', de John Kennedy Tole, Verónica Ruiz, se ha creado y creÃdo su propio personaje desde que accedió al consistorio en las elecciones municipales del 2015 en la lista de CompromÃs-facción Iniacià tiva, intentando que el mundo girara a su alrededor, cuando lo único que ha podido conseguir son las acrobáticas figuras de La Moixeranga y contratar a Pep Gimeno 'Botifarra'.