La Fiscalía solicita siete años de prisión para un preso juzgado este miércoles en la Audiencia de Alicante por agredir sexualmente a su compañero de celda en el centro penitenciario Alicante I, ubicado en la partida de Fontcalent del término municipal de Alicante.
La representante del Ministerio Público ha mantenido los términos de su acusación inicial al sostener que había quedado acreditado la agresión sexual con penetración a partir del testimonio ofrecido por la víctima, que ha considerado constante "en esencia" desde que denunció los hechos.
Ese relato se ha mantenido desde la primera declaración en sede judicial y está avalado por el informe pericial médico respecto a la exploración que se le practicó a la víctima después de alertase de lo sucedido a los funcionarios de prisiones.
En ese documento, según ha sostenido, se pondría de manifiesto que el agredido presentaba una pequeña fisura en la región anal, que era "reciente" y que era compatible con una penetración, o con un caso de estreñimiento, que la víctima no había referido padecer.
Por su parte, el acusado, de nacionalidad marroquí, ha negado la agresión sexual y ha asegurado que, en realidad, lo que se produjo en el interior de la celda fue una pelea, después de que él le recriminase a la víctima que roncaba. De este modo, su defensa ha solicitado su libre absolución, tras argumentar -en contra de lo sostenido por la Fiscalía- que la víctima había incurrido en contradicciones y había facilitado versiones distintas al dar cuenta de lo sucedido a los funcionarios de prisiones y al médico que le exploró.
Los hechos objeto de juicio tuvieron lugar el 10 de octubre de 2024 sobre las 14 horas cuando, según el relato de la acusación pública, el encausado aprovechó que le estaba dando un masaje a la víctima para, movido por un ánimo libidinoso, agarrarle fuertemente de los brazos con la intención de impedir que se moviera y someterlo sexualmente y penetrarlo por vía anal.
La víctima ha manifestado, al prestar declaración por el sistema de videoconferencia desde prisión, que había visto que el acusado se dedicaba a dar masajes a otros reclusos en el patio y que, al ofrecerse a darle uno, no se negó. Después, mientras él se encontraba tumbado, le agarró y le agredió sexualmente, según ha manifestado.
No obstante, la letrada de la defensa ha señalado que el supuesto perjudicado había explicado al médico que le exploró que la agresión sexual se había producido mientras él estaba durmiendo, por lo que ha considerado que su relato no tenía verosimilitud. De igual modo, ha apuntado que no resultaba creíble que se hubiese prestado a recibir un masaje por parte del acusado cuando habían comenzado a compartir celda el día anterior.
Además, ha sostenido que la presunta víctima había denunciado la agresión después de que se produjese una pelea en el patio con el acusado en un juicio que ha quedado visto para sentencia.