Pere Valenciano. Las elecciones europeas pueden certificar el fin del bipartidismo en España, al menos en los próximos años, siguiendo la estela de fragmentación del voto de países como Francia o Italia, donde los extremos, especialmente el derecho, se han abierto paso al calor del desgaste de los partidos tradicionales.
Aquí, las encuestas auguran un varapalo en las elecciones europeas al PP y PSOE, los dos partidos que se han turnado en el gobierno central desde el año 1982. Castigados por la dureza de la crisis, los sondeos auguran éxito a partidos como Izquierda Unida, a la izquierda del PSOE, y a UPyD y Ciutadans, en la órbita del centro derecha. Sin embargo, la noticia surge de la mano de VOX, el partido que lidera Ortega Lara y que está a la derecha del Partido Popular, recogiendo indignados del sector más conservador del partido, como Aleix Vidal Quadras, eurodiputado catalán del PP abonado a las tertulias de Intereconomía. Con VOX se inaugura en España la extrema derecha con sus mejores galas, superando a partidos residuales como España 2000, Falange y un etcétera de grupúsculos peligrosos. Habrá que estar muy atentos al apoyo mediático que recibe (de momento, El Mundo está tratando bastante bien la aparición del nuevo partido por su enfrentamiento con el PP de Mariano Rajoy), así como al resultado que pueda obtener en las europeas, un test para las elecciones que de verdad importan a todos: las próximas autonómicas y municipales y las generales posteriores.
El partido que mejor lo tiene para sumar descontentos con el bipartidismo es UPyD, la formación que lidera Rosa Díez a nivel nacional y al que las encuestas le pronostican hasta 5 eurodiputados, según el último sondeo de El País, o el Ciutadans de Albert Rivera, que en su salto de Cataluña al resto de España puede dar más de una sorpresa, en especial en la Comunitat Valenciana, donde el PP puede ser castigado a nivel autonómico por los casos de corrupción y el cierre de Canal 9, aunque a nivel municipal lo va a tener mucho mejor gracias a su buen trabajo en muchísimas alcaldías.
Pero, lo dicho, las europeas no son sino una antesala de lo que puede pasar después y en la Comunitat Valenciana, con la previsible fragmentación, es factible un tripartito a la catalana, con un PSPV-PSOE desdibujado.
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