LA UNIÓ de Llauradors señala que la climatologÃa atÃpica
para esta época del año (elevadas temperaturas y ausencia de lluvias) provoca
en estos momentos una ralentización en el inicio de la actual campaña y unos
precios a la baja para los productores.
Los precios son más bajos que en el inicio de la pasada
campaña, de media un 10% inferiores en mandarinas y un 20% en naranjas. La
demanda de nuestros cÃtricos no está siendo asà la deseada. Nuestros
principales mercados europeos, que asocian normalmente la compra de los
cÃtricos con unas temperaturas más bajas y la necesidad de consumir para evitar
problemas de salud como es el caso de los resfriados, siguen sin responder
porque a pesar de no tener estas temperaturas tan altas, tampoco hace excesivo
frÃo allÃ.
A todo ello se une que es evidente en los árboles un
retraso en la evolución y maduración de la fruta. La fruta no madura por fuera
como serÃa deseable al faltar horas frÃo y le falta color, aunque por dentro sin
embargo la fruta está normalmente buena y con el grado de dulzor adecuado. El
hecho de que la fruta madure más tarde en esta campaña ha provocado que nuestra
cosecha se solape también con la de otras zonas productoras españolas y la de
otros paÃses donde normalmente se nos dejaba ese espacio de mercado. Es lo que
normalmente se conoce como "cuello de botella" en el desarrollo de la campaña.
Los calibres también se resienten por la ausencia de
lluvias y los agricultores miran al cielo para que la llegada de las mismas incremente
el tamaño de la fruta porque "si no se llega a un calibre ajustado se hace más
complicada la comercialización de la fruta".
Las altas temperaturas y la falta de lluvia,
prácticamente a mediados de noviembre, supone además un aumento de los costes
de producción para el agricultor. Las plagas siguen activas, fundamentalmente
la mosca de la fruta, y hay que tratarlas cuando a estas alturas del año
normalmente la necesidad de tratamientos desciende de forma considerable.
También hay que regar más los campos por el mayor efecto de evaporización. Son
costes que luego no se pueden trasladar a los precios y que por tanto son
pérdidas para los productores.
La esperanza para los productores de cÃtricos valencianos
es que pase como en la pasada campaña que también comenzó muy mal y acabó mejor
después con las variedades de naranjas.