De toda una época en que siendo en teorÃa Luis Enrique "nuestro" seleccionador del primer deporte mundial, por eso tantas veces llamado " deporte rey", se permite ser manifiestamente contrario o "anti" al club patrio más laureado mundialmente en este deporte. Más o menos como ese otro patético dirigente de nuestro fútbol, Luis Rubiales, al que también pillaron defecando que despreciaba al Atlético de Madrid, al Sevilla... al Villareal o al Valencia... Ahà es nada el tipejo de marras!
Y ambos permanecieron en sus cargos. Imperturbables. Estóicos que son. Eso sÃ, del dinero ajeno. Fieles hijos y esclavos de una casta polÃtica dirigente altamente desvergonzada. Que tampoco renuncia ni dimite nunca de ningún cargo. Y que se caracteriza por además de ser vÃlmente parasitaria de nuestros impuestos, aliviarse con agresividad y soberbia con el primer periodista que osa inquietarlos en sus inmerecidas poltronas. Franquistas de corazón. En esencia.
Gentes que han hecho del fútbol una mafia irrespirable. Donde el mayor goleador nacional, en el deporte donde la clave es esa, meter gol, no viaja siquiera a Qatar. Por santos e inconfesables intereses particulares, o por su insoportable petulancia, o sus estúpidos caprichos o manÃas. Tanto da. De este " nuestro" amado seleccionador hasta hoy. Y tantas cosas que nos ocultan. E ignoramos.
Dirigencia deportiva y polÃtica pues sin conocimientos, sin méritos propios, sin humildad, sin siquiera respeto.Y sin la más elemental educación. Y que por todo ello sale francamente derrotada a cualquier campeonato. Y desde la primera a la última rueda de prensa.