Energía renovable sí, pero no a cualquier precio. Las energías renovables quieren llegar a nuestra comarca en forma de placas fotovoltaicas, lo que peligraría gravemente nuestro territorio natural a consecuencia de disponer a la Comunidad Valenciana del 20% de las placas que se van a ubicar en toda nuestra autonomía.
Tenemos que hacer un planeta más sostenible, está claro, pero, ¿no hay otra forma de hacerlo? La llegada de las fotovoltaicas que principalmente afectarían a Requena, Camporrobles y Venta del Moro afectarán a nuestros paisajes naturales, pero no solo eso, zonas de producción de nuestra valorada uva bobal y otros frutos de nuestra tierra van a dejar de hacerlo para ubicarlas.
En muchas ocasiones al agricultor le dan a entender que la salvación a la crisis del sector es alquilar su terreno, poner las placas solares y dedicarse a cobrar… cuando en realidad al principio puedes recibir una cantidad que te resulte atractiva, pero luego siempre puede venir la letra pequeña que te haga que los ingresos vayan mermando sin poder hacer nada, habiendo renunciado a derechos de plantación y de riegos (si así los tuviera).
El mantenimiento de placas fotovoltaicas no genera empleo, destruye la agricultura para que una misma persona se encargue de recorrer diferentes puntos de la provincia para ello. Se destruye naturaleza, agricultura y empleo.
Está claro que la energía renovable urge y es necesaria. Pero, aunque pueda ser más costoso, ¿por qué no se sitúan en azoteas en lugar de en nuestros campos? Hay que apoyar todas las energías que repercutan en una mejor sostenibilidad cada vez más, pero no por ello hay que entrar "como un elefante a una cacharrería".
Seamos capaces de combinar la necesidad de recurrrir a energías renovables sin tener que perjudicar ni a nuestra naturaleza, ni a nuestros campos ni a nuestros trabajadores.