El día 14 de febrero del año 2025 todas las miradas estaban puestas en el Policlínico Gemelli de Roma ya que el Papa Francisco estaba ingresado por un diagnóstico inicial de bronquitis, donde permaneció internado treinta y ocho días.
En el patio central de este hospital hay una estatua de San Juan Pablo II, al igual que en el interior de la Capilla hay una reliquia del mismo Papa y Santo, es la presencia y recuerdo de un Papa Santo, al que muchos pacientes invocan ante la enfermedad.
El día 23 de marzo el Papa Francisco saludó al mundo abandonado el Policlínico, regresando a la Casa Santa Marta en la Ciudad del Vaticano. Era el humano recorrido de ese camino para volver a su hogar. Los médicos diagnosticaron dos meses para lograr la recuperación, aunque durante ese plazo se apagó la vela de la vida.
"Luego de largas semanas luchando con las secuelas de la neumonía bilateral, esta mañana (21 de abril) a las 7.35 hora de Roma, murió el Papa Francisco según informó el Vaticano". A las pocas horas de su muerte se conoció su testamento, que nos decía:
"En el nombre de la Santísima Trinidad. Amén.
Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad sólo respecto al lugar de mi sepultura.
Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por eso, pido que mis restos mortales descansen en espera del día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor de Roma.
Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiguo santuario mariano donde fui a orar al inicio y al final de cada Viaje Apostólico para confiar con confianza mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su cuidado dócil y maternal.
Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal como se indica en el documento adjunto.
El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus.
Los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que he dispuesto que sea trasladada a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y de la cual he dado instrucciones oportunas a Mons. Rolandas Makrickas, Comisionado Extraordinario del Capítulo Liberiano.
Que el Señor dé la recompensa merecida a quienes me han amado y seguirán orando por mí. Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos.
Santa Marta, 29 de junio de 2022".
Ese fue su testamento y su voluntad, hoy todos tienen la mirada puesta en quien será su sucesor, mientras Francisco descansa en la Capilla de la Casa Santa Marta. En esa Capilla que cada mañana a las siete horas celebraba la Eucaristía hasta la pandemia del año 2020.
El Papa Francisco en muchas ocasiones repetía esta frase: "Recen por mí"; yo se la oí decir, al igual que pedía oraciones por la paz del mundo o bendecía al más necesitado, hoy Francisco descansa en paz, en silencio pero aún resuenan las últimas palabras que pronunció "¡Buena Pascua!"
El Balcón de las Bendiciones la mañana del domingo de Pascua abrió sus puertas para despedir a Francisco, su escudo papal lucía sobre el repostero: "MISERANDO ATQUE ELIGENDO", "Teniendo Misericordia eligiéndolo", era la última vez que el Santo Padre bendecía al mundo. El balcón se cerró esa mañana. El silencio acompañó a Francisco…
La próxima vez que ese Balcón abra sus puertas veremos al Cardenal Protodiacono que entre aplausos entrecortados nos dirá "Habemus Papam" en ese momento será revelado ante la humanidad el secreto mejor guardado de la Capilla Sixtina y la Iglesia Católica conocerá el nombre de su nuevo Pastor.
Mientras tanto no olvidemos las palabras del difunto Papa Francisco: "Recen por mi".