La mitad de los pacientes con cáncer presenta desnutrición, un problema que podrÃa abordarse si la intervención nutricional formara parte del tratamiento oncológico y hubiera dietistas-nutricionistas en la sanidad pública.
Asà lo asegura a EFE la gestora de proyectos del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), Victoria Góngora, quien afirma que en un paciente con cáncer "tener acceso a un dietista es un derecho, igual que tenerlo a un enfermero o a un oncólogo".
FIGURA DEL DIETISTA NUTRICIONISTA
Góngora, que se especializó en nutrición oncológica en Suiza, donde vivió seis años, subraya que en aquel paÃs el dietista-nutricionista está integrado en el sistema de salud, tanto en centros de salud como en clÃnicas privadas y hospitales, y si un médico de cabecera observa que un paciente presenta desnutrición lo deriva a este especialista.
"Existe esa figura y es normal que un paciente oncológico" sea atendido por un especialista en nutrición, señala Góngora, que añade que en España "el primer problema es la falta de dietistas nutricionistas en la sanidad pública".
CRIBADO NUTRICIONAL
La mala alimentación puede ser la responsable de hasta un treinta por ciento de los casos de cáncer, destaca Góngora, quien considera que al no haber dietistas-nutricionistas en los centros de Atención Primaria, estos pacientes no tienen una alimentación adecuada "porque no tienen personal de referencia al que preguntarle".
En el caso de los hospitales, sà que hay algunos que disponen de este especialista, aunque no es común.
"Lo adecuado serÃa que conforme dan el diagnóstico de cáncer, el paciente pasara un cribado nutricional" que permita detectar a tiempo si sufre algún problema de desnutrición y, de ahÃ, derivarlo a un experto en esa materia", señala.
Según explica, en el momento del diagnóstico, en la mayorÃa de esos pacientes "ya hay desnutrición" y dependiendo del tipo de cáncer y del estadio en el que esté la enfermedad, precisa un tipo de alimentación u otra.
AsÃ, un paciente en estadio cuatro probablemente tenga "mucha más desnutrición" que uno al que acaban de diagnosticar, y en un paciente con cáncer de cabeza-cuello o digestivo "obviamente el impacto va a ser mayor que si es un melanoma".
IMPORTANCIA DE UN BUEN ESTADO NUTRICIONAL
A su juicio, los dietistas-nutricionistas pueden ayudar a la prevención del cáncer a través de una alimentación y hábitos de vida saludables, y antes de empezar el tratamiento con el fin de evitar la desnutrición y asegurar un correcto estado nutricional.
También después del tratamiento oncológico para adaptar la alimentación a los sÃntomas y evitar posibles interacciones entre alimentos y fármacos, señala la especialista.
Según Victoria Góngora, un estado nutricional adecuado puede disminuir la estancia en el hospital y mejorar la respuesta a los tratamientos oncológicos y, por consiguiente, la calidad de vida del paciente.
INTERVENCIÓN NUTRICIONAL
"La intervención nutricional deberÃa formar parte del tratamiento oncológico, deberÃa ser algo que acompaña", afirma Góngora, que añade que cuando el paciente empieza a recibir tratamientos como la radio o la quimioterapia "no está en unas condiciones fÃsicas óptimas".
"No tiene un buen estado nutricional y eso puede implicar o que el tratamiento se interrumpa o se alargue, o que el paciente esté peor", indica.
Según explica, la mitad de los pacientes oncológicos presenta desnutrición, aunque puede ser más o menos grave en función del tumor que sufra. A eso habrÃa que añadir el impacto emocional y psicológico que tiene recibir la noticia de que se está afectado por un cáncer, que también influye en el apetito del paciente.
"Si el paciente empieza a pasar por tratamientos y no hay ningún dietista-nutricionista que forme parte de ese equipo multidisciplinar, al final se llegar a un punto que, a veces, es irreversible", advierte.
DIETA INDIVIDUALIZADA
Góngora aboga por no hablar de alimentos prohibidos y permitidos para un paciente oncológico y afirma que la dieta debe ser individualizada pero rica en proteÃnas, grasas de calidad e hidratos de carbono atendiendo a las necesidades de ejercicio y gasto calórico, y evitar el consumo de productos ultraprocesados.
"Pero siempre deben ser alimentos de calidad", afirma la dietista-nutricionista, que insiste en que "siempre habrÃa que individualizar partiendo de que sea una dieta sana, saludable y dependiendo del estadio en el que esté el cáncer o los gustos o sintomatologÃa que tenga el paciente".
Concha Tejerina