- Angie: ¡MarÃa, guapa! hemos preparado una quedada en Canet, "en plan", quedar para tomar unas cañitas, o lo que se tercie. Pero, osea, tú tranqui, tú bebes tu refresco light; 0,0 gluten; 0,0 azúcares; 0,0 sales; 0,0 alcohol; 0,0 burbujas y 0,0 tapas. Pero damos una "putivuelta pa jartarnos" de risas.
- MarÃa: joooo Angie, amore. No puedo. Estaba supercontenta la semana pasada pero ahora estoy fatal. Creo que han sido las pastillas nuevas.
- Angie: ¡vaya cariño, sabes que me harÃa mucha ilusión!. Hay que organizar 4 cumples. Y tú no puedes faltar. Tienes que escribirnos tus lindos y sensibles poemas.
- MarÃa: lo siento muchÃsimo pero necesito relajarme, centrarme en mà y autogestionar. No quiero que me veáis asÃ. Mi aislamiento no es voluntario. Es inconsciente. Las personas que tenemos problemáticas mentales aprendemos que en estos momentos nadie va a querer sostenernos.
- Angie: ¿te cambiaron las pastillas, pero no puedes dejarlas?
- MarÃa: Ayer tenÃa cita en Sagunto y me la anularon. Hasta dentro de un mes ¡un messs!, no vuelve mi doctora. No puedo seguir asÃ. Me levanto llorando, no descanso, no quiero salir de casa, ni hablar ni hacer nada.
-Angie: ¿pero no puedes ir a otro médico o a urgencias?
-MarÃa: en urgencias no me pueden dar terapia. Solo una pastilla para sedarme. Me siento abandonada y rabiosa; estoy muy vulnerable. VolverÃa a desgarrarme si hablo de ello. Me desgasta y me hace mucho daño.
Angie siente impotencia. Se le escapa una lágrima. Solo sabe escribir esto. Su amiga está diagnosticada con TLP (Trastorno LÃmite de la Personalidad). Es una etiqueta que cuelgan a las personas que sufren problemas mentales y no saben donde ubicarlas. Una especie de saco donde cabe todo y se abandona en un arcén.