Personas trabajando en una pyme. EFE-ArchivoPeiró asegura que esa ayuda debe plasmarse mediante alianzas o consorcios en colaboración público-privada que aporten a las empresas ayuda externa en conocimiento, tecnología y gestión del cambio.
La orientación de los programas de ayuda que la Unión Europea ha lanzado para superar la crisis del coronavirus (Next Generation EU) están marcando los nuevos retos para hacer una Europa más verde, y no solo los "green jobs" sino que la mayor parte de los profesionales van a tener que cambiar, al menos en parte, su comportamiento y su producción y ello implica innovación de sistemas.
UN CAMBIO DEMASIADO LENTO
Este experto en psicología de los recursos humanos asegura, en una entrevista a EFE, que ya no sirve "ir pasito a pasito", el cambio está siendo "demasiado lento" y tiene que haber innovaciones radicales, transformaciones importantes en las empresas que las hagan "más eficaces y más sostenibles".
La voluntad de la UE de "darle la vuelta a la situación" supone "una dificultad más" para las empresas, sobre todo para las microempresas, que "bastante tienen con sobrevivir" y de las que dependen muchos empleos en su conjunto.
Pero ¿cómo se da cobertura a ese "reto adicional"? Las administraciones públicas y los actores sociales tienen que ser conscientes del esfuerzo que hay que hacer para ayudar a esas empresas para contribuir a su transformación y su viabilidad, pues ellas por sí solas no pueden llevarlo a cabo.
Todos sabemos que se debe hacer el cambio verde, el problema es el cómo, más en medio de la crisis causada por la pandemia, y ahí es donde entra en juego la ayuda externa en asesoramiento, replanteamiento de enfoque, estudios de viabilidad, rediseño, reorganización y transformación de la empresa, que va más allá del apoyo puramente económico, según Peiró.
Desde consorcios o alianzas entre la parte pública y las empresas u organizaciones capaces de prestar estos servicios, instituciones de conocimiento intensivo y con conocimiento de los sectores y las pymes en los distintos territorios; y desde un enfoque interdisciplinar porque se trata de "un reto muy grande", insiste el catedrático e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas.
Desde la perspectiva del trabajador, percibir la crisis y los cambios lleva al desánimo y es posible que a la depresión pero también se puede considerar como una oportunidad para buscar nuevas salidas o mayor compromiso con la empresa.
En situaciones dramáticas como el paro, alerta Peiró, la sociedad no puede dejar que el trabajador lo afronte como un problema individual y tiene que poner en marcha la solidaridad, el apoyo de los otros y, en una cultura colectivista como la española, el grupo familiar y el entorno pueden ofrecer el arropamiento necesario.
RIESGOS DEL TELETRABAJO
Junto a ello, para los trabajadores existen riesgos psicosociales derivados del teletrabajo y por eso las empresas deben desarrollar una política de análisis de riesgos, tanto de las nuevas formas de trabajar como de los nuevos espacios de trabajo; y riesgos físicos como el miedo a tratar con otros y ansiedad por resultar contagiado.
Cuanto más tiempo se den las condiciones de "sube y baja" de la economía, más trabajos y más empresas se destruirán o cerrarán, y las perspectivas se mueven a día de hoy entre la preocupación por la pérdida que estamos sufriendo y la esperanza que genera la vacuna.
Según una terapia psicológica, cuando la incertidumbre se interpreta como una amenaza es una fuente de mayor estrés.
