Enmarañados en un mundo tan convulso como el actual, con
una guerra cruenta por la invasión rusa sobre Ucrania, con las matanzas y los
genocidios olvidados en Oriente Próximo con un Netanyahu buscado por la Corte
Internacional por crÃmenes contra la humanidad y con un mundo pendiente de
Trump y su forma de gobernar bajo la amenaza del arancel, hay indicadores que,
al menos, nos alegran el dÃa. Uno de esos alicientes hace referencia a España,
que ha conseguido reducir un 41% las emisiones de gases de efecto invernadero
que genera por cada euro del Producto Interior Bruto (PIB) desde el año 2008,
si bien tiene que continuar luchando y esforzándose en algunos ámbitos
importantes como el transporte y la manufactura. TodavÃa queda mucho trabajo
por hacer, por innovar y por reconstruir los efectos de la dana sobres tantos
municipios de la provincia de València azotados aquel aciago 29 de octubre. Desgraciadamente,
la ola de conservadurismo unido al auge de la extrema derecha y los grupúsculos
adyacentes que lo alientan no hacen sino girar en el sentido contrario de lo
que cualquier persona con un mÃnimo de amor y estima por la vida y por nuestro
entorno natural considera que debe hacer. No es tiempo de reproches, de
crÃticas ni de conflictos. Es el tiempo de aportar soluciones, de crear ideas,
de unir sinergias entre los pueblos, de colaboración efectiva entre las administraciones
públicas y de dejar a un lado las divergencias y priorizar los puntos de unión.
La convergencia se debe utilizar para mejorar ese mundo en el que vivimos y que
debemos proteger para las futuras generaciones.
Con la
llegada del verano, una vez más la naturaleza nos recuerda que debemos continuar
trabajando para que, año tras año, el periodo estival no se convierta en un
suplicio, en una carrera por ver hasta qué grados de temperaturas llegaremos
jornada tras jornada y por ver a nuestro alrededor incendios y efectos
atmosféricos cuya causa está relacionada con esa mala praxis que hemos llevado
a cabo durante tantos años sin control ni ningún miramiento. Pensábamos que los
recursos de la naturaleza son infinitos, pero hemos podido comprobar todo lo
contrario. Algunos estudios indican que Europa es el continente con mayor
impacto por el calentamiento de la tierra y el pasado año fue el más cálido en
el viejo continente desde que hay registros. Poca broma con estos datos. Lo
dice el Servicio de Cambio Climático Copernicus y la Organización Meteorológica
Mundial, dos instituciones absolutamente fiables.
Las
administraciones debemos seguir implementando ideas y proyectos que nos ayuden
a aportar nuestro grano de arena en este mundo tan amplio y diverso. En el
Ayuntamiento de Riba-roja de Túria hemos lanzado el proyecto "Sandbox
RibaSandbox" con el que pretendemos abrir la ciudad al mundo con un laboratorio
urbano enfocado a la innovación tecnológica y la resiliencia climática. Abierto
a empresas, universidades, entidades de investigación y otros agentes
interesados, sector público como privado, queremos abarcar diversos sectores
del dÃa a dÃa. La gestión de residuos, la movilidad urbana o la eficiencia
energética y la restauración del medio ambiente. El campo de trabajo y las
perspectivas son muy amplias. No importa la procedencia siempre que la voluntad
sea ayudar por alcanzar un mundo mejor, más habitable y con mejores
perspectivas, acomodado a los efectos del cambio climático, el primero de los
retos que tenemos por delante.