Y ahora, ¿qué hacemos con Camps?

Es la pregunta que se hacen muchos militantes del Partido Popular valenciano, en particular, y ciudadanos, en general. Si el tribunal popular lo declaró 'no culpable' en el caso de los trajes después de ganar las elecciones autonómicas de mayo de 2011 con mayoría absoluta, y ahora el Tribunal Supremo lo ha vuelto a absolver junto a Ricardo Costa, ¿qué debería hacer el Partido Popular con el ex presidente de la Generalitat Valenciana?

La dirección del partido en Valencia -con Fabra y Castellano a la cabeza- y la dirección nacional -con Mariano Rajoy- no quieren oír ni hablar de un regreso a la primera línea política del ex Molt Honorable que vuelve a ser honorable por segunda vez, según la justicia.

Recuperar el poder autonómico es, ya, imposible. Pero es evidente que si nos creemos las resoluciones de la justicia, Francisco Camps debería ser compensado de alguna manera, aunque sea con un puesto en el Vaticano, donde sin duda realizaría un papel muy destacado.

Es cierto que Francisco Camps podría enfrentarse en breve a nuevas causas relacionadas con la Gürtel y el caso Nóos, después de los famosos correos electrónicos de Diego Torres -socio de Iñaki Urdangarín-, que han hecho temblar a la mismísima institución de la Monarquía y que han terminado con la Infanta Cristina como imputada.

Pero tampoco lo es menos que un presidente autonómico que logra una aplastante mayoría absoluta, dimite para defender su honorabilidad y resulta absuelto dos veces por el mismo caso, debería ser recompensado políticamente.

Y lo digo sin complejos pese a reconocer que en los útlimos tiempos Camps me recordaba más a un Mesías que a un político. Pero lo cortés no quita lo valiente. Bueno, y entonces, ¿qué hacemos con Camps?