Francesc Colomer. FOTO VICENTE RUPÉREZ Es el primer castellonense que dirige la estrategia turística institucional. Pide más reconocimiento para un sector que supone más del 14% del PIB y más de 200.000 empleos. “No es una maría”. Y recuerda: “El peor visitante es el que no viene. El cupo de princesas suecas es finito”. Ataca frontalmente la tasa turística y advierte: “Ciudado con la voracidad fiscal y, aunque fuese un solo céntimo, no la defendería por un principio filosófico de tratar bien al desconocido”. El Periódico de Aquí entrevista al secretario autonómico de Turismo de la Generalitat Valenciana, Francesc Colomer.
¿Qué balance hace del verano?Falta cerrar la temporada pero ha sido una campaña de consolidación en un escenario cada vez más complicado. Con un sector muy competitivo y nuestra capacidad de seducción, debemos abrir el angular y examinar el gran reto de desestacionalizar.
¿Por qué no implantar una tasa turística en la Comunitat Valenciana como piden algunos grupos?Recordemos la teoría de Laffer que dice que a más carga fiscal no garantizas más ingresos porque puedes gripar. Cuidado con la voracidad fiscal. Y aunque fuese un céntimo de tasa no la veo, además, por una cuestión filosófica porque al visitante no lo puedes penalizar. Hay que tratar bien al desconocido por principio moral. Aparte que venimos de aprobar un pacto de gobierno que no contempla la tasa. El Consell ha de ser previsible en política económica porque la confianza hay que demostrarla con el rigor de tu palabra. Tampoco me gusta porque no se sabe exactamente para qué activarla. ¿No estaremos proyectando nuestra insolvencia doméstica sobre los turistas? Las ciudades no las destruyen los visitantes haciéndose selfies. No podemos ver al turismo como algo que nos hace daño y, por tanto, debe pagar, cuando es una bendición. Y por último: ¿Por qué convertir al alojamiento reglado en oficinas fiscales y no al resto de sectores beneficiados, como el comercio, el transporte o la hostelería? Yo no quiero la tasa para nadie.
Los hosteleros de Benidorm son críticos con la liberalización de la AP-7. Debe ir acompañada de nueva dotación de accesos directos, por ejemplo en Benicàssim. Pero es verdad que hace décadas que aguardamos este momento por justicia histórica.
¿Los apartamentos turísticos considera que han de regularse?La era digital ha venido para quedarse pero no puede moverse como una selva con rentas opacas. No hemos llegado a acuerdos con cuatro grandes plataformas, que no son hermanitas de la caridad, aunque hemos ganado cuatro procesos judiciales .Aquí hay reglas de juego para evitar la competencia desleal. El acuerdo es sencillo: fija un número de matrícula en cada apartamento que comercializas para garantizar que es presentable. El relato de anfitrión y huésped de la plataforma Airbnb desmonta toda la profesionalización del sector.
¿El Brexit es un peligro?Con los datos en el mano no nos ha ido mal y somos la autonomía que mejor resiste la incertidumbre. El británico es nuestro principal emisor, con un 34% de cuota de mercado. El inglés adora España y su sol y playa pero también son muy importantes las ofertas culturales y ornitológicas, gastronómicas o deportivas.
¿Hacia dónde hay que crecer?Cuidar lo convencional, que serían los mercados británico, francés e italiano, y ver las nuevas oportunidades que el instinto del empresario marca. Rusia va fluctuando pero no debemos descuidarlo y China ya es el principal emisor de turistas del mundo. La estrategia on line resulta fundamental porque estamos ante un viajero tecnológico que toma decisiones antes, durante y después, como prescriptor. Es mucho más creíble la valoración anónima que nuestras estrategias propagandísticas que no se cree nadie.
¿Cuáles son nuestros puntos fuertes según su punto de vista?Nuestra hospitalidad, la seguridad y el detallismo. Hay muchas cosas replicables, como una playa idílica o una estrella Michelín.
¿Somos demasiado críticos con nosotros mismos?España es el país turísticamente más competitivo del mundo y nosotros somos una pieza clave de este saber hacer. Es verdad que hemos de querernos más pero siempre espabilándonos.
¿Nuestros camareros son competentes?La cualificación es una asignatura pendiente. Nuestros CDT insertan al 80% de sus alumnos, tanto en sala como en cocina pero represtigiar al camarero es esencial. Para ello hay que empezar cambiando el chip de las familias, para que no sientan que una persona se hace camarero porque no encuentra otra ocupación. El sector turístico no es la ‘maría’ y sus profesionales han de disfrutar de un reconocimiento. El camarero es la persona que gestiona las emociones. Comer dejó de ser una función primaria de nutrición porque un plato es la credencial de un territorio.
El Turismo representa el 14,7% del Producto Interior Bruto, ¿ha de ser una Conselleria?Es un instrumento de gobernanza al que no entra el gran público. Es mucho más importante que la sociedad reconozca nuestro valor porque estamos ante un sector que genera más de 200.000 empleos. Parece una economía de segunda pero es tecnología y transferencia de conocimiento. El turismo es, y a mucha honra, la espina dorsal de nuestro territorio.
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