Varios voluntarios y enfermos. FOTO EPDA
Cartel anunciador. FOTO EPDALa Hospitalidad Valenciana de Lourdes peregrina de
nuevo para acercar a los enfermos a la gruta de Nuestra Señora. Hoy han partido desde Valencia 1.200 personas, entre ellas 210 enfermos, que viajan en distintos medios como son autobus,
tren y avión, todos ellos con la esperanza de encontrar fuerzas para
llevar con alegría y esperanza su enfermedad por muy incapacitante que
sea. En Lourdes estarán hasta el 3 de julio.
Lógicamente el
desplazamiento de dichos enfermos supone personal de ayuda, que cubren
todas las necesidades de los enfermos, '' pues es por ellos que vamos y
trabajamos, sabiendo que en muchas ocasiones ellos con su sencillez y su
ánimo nos ayudan más a nosotros que nosotros a ellos'', ha explicado a EPDA un voluntario.
''En total este año
acudimos unas 1.200 personas, incluyendo en ellas los 210 enfermos, y en
este número entran peregrinos, enfermeras, brancadiers, equipo
sanitario, equipo material, etc... No importa entre los que van a
trabajar la cantidad de personas sino la calidad de las mismas, que en
todo momento están al servicio de quien los necesite, aunque sí que es
cierto y hago un llamamiento desde aquí que nos ayudaría tener más
personal de servicio, pues ello redundaría en una mejor atención al
enfermo pues siempre se puede mejorar'', continúa explicando.
Valencia es una de
las diócesis españolas donde existe más tradición de las
peregrinaciones a Lourdes; la 1ª fue en 1883, a partir de 1927 se
iniciaron de forma oficial y con regularidad siendo interrumpidas
solamente de 1936 a 1954.
La
hospitalidad se compone de voluntarios que siempre reciben a quien va
con los brazos abiertos porque es consciente de su responsabilidad:
ofrecer ilusión a los enfermos y hacer que los peregrinos se involucren
con su pertenencia en Lourdes a trabajar por y para los enfermos. Ver la
alegría con que el enfermo se acerca a la Gruta o la satisfacción tras
haberse bañado en las piscinas compensa el largo viaje.
Los
peregrinos, y especialmente los enfermos y minusválidos, vuelven con
más ánimo, fuerzas y ganas de volver a pesar del cansancio físico. ''En la
peregrinación al final del día cuando cansados nos vamos a la Gruta nos
llevamos en el corazón la cara de alegría y felicidad de los enfermos
que nos dan las gracias y esa es nuestra recompensa'', prosigue.
Todos parecen responder a una llamada misteriosa “a Lourdes no venimos, nos traen”;
el origen de todo una persona y unos hechos: Bernardita y las
apariciones de la Virgen; de todo ello surge el mensaje de Lourdes, que está dirigido a los enfermos, pero sobre todo a
los enfermos del alma, por eso las curaciones más importantes de Lourdes
son las del alma.
Un
voluntario de Lourdes es un peregrino que habiendo vivido la
experiencia, quiere compartirla en un servicio hacia los que tienen más
necesidad.
El Santuario es un lugar de:
-Acogida
-Oración; sobre todo con sus características principales eucarística y penitencial, la llamada de la Virgen a la conversión.
-Evangelización;
proponiendo cada año un tema a seguir que lleve a culminar con el
mensaje central de Lourdes que son la llamada a la conversión y a la
reconciliación.
Signos característicos de Lourdes son:
-AGUA: para beber o bañarse signo de otra agua viva que es Cristo (Jesús y la samaritana)
-ROCA:
signo y manifestación de Dios que es fuerza, firmeza, fidelidad,
solidez, seguridad. Tocar la roca es expresión de fe, forma de oración
de intercesión, alabanza, acción de gracias (los enfermos tocaban a
Jesús).
-LUZ:
las velas son oraciones de los peregrinos y las que se llevan en
procesión signo de la fe de los creyentes, de la Iglesia peregrina.
-ENFERMOS
Y ACOMPAÑANTES: acudir a Él, seguirle cargando con su yugo y
aprendiendo de Él para encontrar la paz, la serenidad y el descanso.
''Pero
lo más grande es que los enfermos son atendidos, asistidos, y hasta
mimados; los más tristes y desesperados casos se ven en los rincones de
Lourdes perfectamente cuidados, llevados y traídos por los voluntarios
que con delicadeza ven a otro Cristo en el cuerpo, a veces tan
descompuesto de la camilla que empuja o arrastra. ¡Y lo más admirable!
La humanidad doliente atendida, la que suplica salud para el cuerpo, se
ve pletórica de esperanza, de consuelo; lo que se percibe a
simple vista en la alegría, la aceptación de la enfermedad, del dolor y
del sufrimiento. Limitación sosegada y alegre con dulce resignación'', prosigue, para concluir con un mensaje de fe: ''en Lourdes se inyecta un río de fe para el mundo, tan necesitado de fe y de esperanza''.
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