Aitana Mas: "Un total de 120.000 estudiantes valencianos y valencianas se ahorrarán este año 250 euros de media en la matrícula en la universidad respecto a 2017"

La vicepresidenta y portavoz del Consell, Aitana Más, ha destacado que este curso 2022-2023 “un total de 120.000 estudiantes valencianos se ahorrarán de media 250 euros en la matrícula en la universidad respecto a 2017”.

Mas ha realizado estas declaraciones en la rueda de prensa posterior el Pleno del Consell, que este viernes se ha celebrado en Torrent, en el que se ha aprobado el decreto por el que se reduce un 10% respecto al curso anterior el importe de las tasas para la prestación de los servicios académicos universitarios para el curso que ahora comienza.

La vicepresidenta ha destacado que el objetivo del Consell es “conseguir que ningún alumno o alumna dejo de estudiar en la universidad por motivos económicos. Por eso, desde 2017 hemos reducido las tasas universitarias un 20% al que ahora sumamos un 10% más, lo que supone un ahorro medio de 250 euros por estudiante” respecto a hace cinco años.

Mas ha explicado que esta rebaja “se aplicará tanto por las enseñanzas universitarias de grado y de máster y de matrícula para la tutela académica de doctorado como sobre el importe de las tasas correspondientes a los servicios de evaluación, de realización de pruebas y de tareas de secretaría”.

“Continuamos así un año más reduciendo las tasas universitarias y manteniendo un amplio programa de becas y ayudas universitarias para eliminar las desigualdades sociales que dificultan el acceso y la permanencia para obtener una formación universitaria”, ha añadido.

Por otra parte, el Pleno del Consell ha aprobado también el Anteproyecto de Ley de Protección Lumínica del Medio Nocturno en la Comunitat Valenciana cuyo objetivo es preservar al máximo posible las condiciones naturales de los espacios durante las horas nocturnas, prevenir, minimizar y corregir los efectos de la contaminación lumínica en la visión del cielo nocturno, reducir la intrusión lumínica y contribuir en la lucha contra el cambio climático mediante la promoción de la eficiencia y ahorro energético.

Aitana Mas ha señalado que la protección del medio ambiente “cada vez tiene mayor protagonismo entre las preocupaciones ciudadanas y en la actividad normativa y de ejecución de las diferentes administraciones públicas, al mismo tiempo que han ido diversificándose y singularizándose los ámbitos y sectores objete de esta protección”.

“Este es el caso de la protección frente a la contaminación lumínica que, junto a los efectos perjudiciales que supone para el medio ambiente y la salud, tiene una incidencia directa y negativa en el consumo energético y en el uso de los recursos naturales” ha apuntado.

Por este motivo, desde el Consell se considera que es “necesario y urgente proteger el espacio nocturno contra los efectos nocivos de la contaminación lumínica, puesto que esta afecta la biodiversidad de la flora y la fauna nocturnas, que necesitan la oscuridad para mantener sus ciclos naturales, polinización, desplazamiento, depredación, alimento y reproducción. Asimismo, -ha añadido-, se han constatado impactos adversos en la calidad ambiental, el cambio climático y la salud humana”.

Por su parte, la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, ha subrayado el impacto de la sobreiluminación en la biodiversidad, los ciclos naturales de los seres vivos y ecosistemas, la salud de las personas o el patrimonio natural del cielo.

“Este anteproyecto de ley que frena la contaminación lumínica también persigue la eficiencia energética, necesaria para luchar contra el cambio climático y para ahorrar en un contexto de precios disparados de la energía”, ha indicado Mollà.

La regulación contempla una zonificación del territorio para establecer áreas de alta protección lumínica, a través de un mapa coordinado con los Ayuntamientos y basado en los estudios de contaminación existente.

“El componente energético es importante, debemos mantener el bienestar con un menor consumo y preservar la degradación silenciosa que implica el uso incorrecto o excesivo de los sistemas de iluminación y del alumbrado, a través de unas prescripciones técnicas y de un marco de estrecha colaboración con los municipios”, ha asegurado la consellera.