Un paciente con DMAE vería la imagen y el texto de la manera que aparece en la fotografía. EPDAEl 7 de octubre, con motivo del Día Mundial de la Visión, Alcocer Centro Óptico realizará una jornada gratuita de detección de la Degeneración Macular Asociada a la Edad. Durante la jornada, además de realizarse un chequeo gratuito a todos aquellos que previamente hayan pasado por Alcocer Centro Óptico a por su invitación, se realizarán una charla informativa y una mesa redonda en la que un grupo de personas expondrán como sus problemas de visión han afectado a su vida para concienciar sobre el problema.
Como especialistas en Baja Visión, nuestro objetivo está dirigido a la rehabilitación visual de personas que sufren una grave reducción de la vista, bien porque no la han desarrollado, porque la tienen muy disminuida debido a patologías oculares, ó porque han sufrido un traumatismo o un accidente cerebro vascular. Estas personas se encuentran en el punto de que nada más se puede hacer por su visión. Ni la cirugía, ni los tratamientos farmacológicos ni las prescripciones ópticas convencionales consiguen ya mejorar su visión, es decir, personas que no pueden extraer una información visual precisa de su entorno. Estas personas decimos que padecen de baja visión..
La BV es una discapacidad a la que se llega como consecuencia de un accidente, ó de enfermedades hereditarias o degenerativas. En consecuencia, quien sufre baja visión llega a perder la capacidad para realizar las tareas más cotidianas como leer, conducir, ver la TV, e incluso moverse con seguridad.
Entre las enfermedades degenerativas que afectan a la visión, nos merece una especial atención la DMAE, ya que está convirtiéndose en una verdadera pandemia dentro de los países occidentales, debido principalmente a su relación con el envejecimiento. En países como el nuestro, un 50% de la población mayor de 60 años se estima que padece una DMAE en cualquiera de sus modalidades, lo cual no significa que otras personas más jóvenes no la padezcan, como ha demostrado un reciente estudio.
La DMAE es una degradación de los tejidos que ocupan la parte central de la retina, responsable de la visión del color y de los detalles de nuestra línea de mirada. No suele afectar a la periferia de la misma, con lo cual los objetos grandes no dejan de verse, sin embargo la visión de los objetos pequeños del centro de la mirada quedan parcial ó totalmente ocultos a la vista.
Basándonos en éste principio, una vez definido con precisión la graduación los datos de calidad visual del paciente, le prescribimos una ó varias ayudas ópticas específicas, cuya misión es la de aumentar ó agrandar el tamaño de los detalles. De ésta forma pueden ser vistos por los pacientes con el resto visual periférico que aún conservan. Existe una enorme cantidad de opciones en la prescripción de éstas ayudas que con diferentes niveles de dificultad, han de entrenarse para poder extraer de cada una de ellas el máximo rendimiento.
Existen algunos condicionantes para padecer DMAE como la genética, el sexo o la edad que no podemos evitar, sin embargo, hay otros como el tabaquismo, la hipertensión, la dieta o los niveles de radiación solar, que sí podemos controlar y que son determinantes en la mayoría de los casos.
Cuatro puntos deben ser los pilares de la terapéutica y de la prevención: abandonar el hábito de fumar, protegerse frente al sol usando filtros selectivos, visitar periódicamente al oftalmólogo a partir de los 50 años, sobre todo si se tienen antecedentes familiares e incluir en la dieta ciertos nutrientes que previenen el riesgo de padecer la enfermedad.
Concretamente, la fototoxicidad o efecto tóxico de la radiación lumínica, ocupa gran parte de nuestra atención profesional, por la relación directa con casos de DMAE. La retina es un tejido con memoria y como tal, puede sufrir daño por un doble efecto de acumulación de la radiación y agotamiento de los tejidos. Para evitar esto, prescribimos unos filtros llamados “de corte selectivo” que ayudan a mejorar el rendimiento visual y eliminan los deslumbramientos que molestan y dificultan la visión teniendo que usarse en interiores para usar el ordenador tablets, móviles y en exteriores.
Una alimentación rica en vegetales como zanahorias, repollo, espinacas, brócoli, guisantes, coles de Bruselas, maíz, etc, puede prevenir la pérdida de visión. Por el contrario, una dieta pobre -por ejemplo, la denominada comida basura- puede favorecer la degeneración de la mácula y ocasionarnos serios problemas en la visión. Además de una buena alimentación existen suplementos alimenticios como la Luteina y Omega 3 DHA en grandes cantidades que pueden ayudar a frenar el desarrollo de la enfermedad. La luteina es el filtro natural que tiene el ojo para la luz azul por lo que es fundamental no padecer deficiencia de ella.
El aspecto psicológico es también muy importante. Cuando una persona sufre un deterioro severo de visión, siente que sufre una importante minusvalía que afecta a su capacidad de moverse por el entorno, de realizar las tareas más habituales. Como consecuencia se ve abocada al recogimiento, al abandono de aficiones satisfactorias como leer, escribir, pintar, ver la TV y lamentando su incapacidad para conducir y manejar el ordenador.
Llegado a éste punto, la persona podría verse inmersa en un bucle de autodegradación. La percepción de una gran invalidez puede derivar en un fracaso de la autoestima que le desplace al aislamiento y la soledad. Tras un cierto tiempo, el individuo siente haber perdido su identidad y su ubicación social o familiar, lo cual puede añadir a lo dicho, un abandono personal que facilita la claudicación de otras funciones orgánicas.
En general, la persona que padece baja visión, puede acudir a su oftalmólogo para recabar un diagnóstico preciso y recibir los tratamientos farmacológicos ó quirúrgicos adecuados.
Como podéis comprobar, estamos ante un problema de salud complejo que precisa de una ayuda profesional especializada para obtener los resultados de una buena terapia. La clave está en convencer al paciente de que debe iniciar una nueva etapa de vida mediante el uso y entrenamiento de las ayudas para rehabilitar el resto de la visión que aún le queda.
Amparo Alcocer Alfonso. Farmaceutico y optometrista especializada en rehabilitación visual y baja visión.
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