Javier Sanchís /EPDA El
cielo cayó sobre Aldaia durante la madrugada del viernes al sábado
pasado. Ya empezó a llover sobre las 5 de la madrugada y se temía
lo peor. Como era evidente el caos se adueñó durante varias horas
en la localidad. A las 9 de la mañana, diversos bandos del
ayuntamiento advertían a los vecinos de que retirasen los vehículos
de la zona de Plaza Europa y Calle Valencia. Pero todo ya estaba
consumado. El barranco de la Saleta se desbordó como tantas veces ha
ocurrido en nuestra historia. Desgraciadamente, nuestro pueblo ha
vivido muchísimas riadas y el agua y el fango forman parte de
nuestra historia pasada y probablemente y de no poner solución,
seguirá formando parte de nuestro presente y futuro.
Es
cierto que estos episodios ocurren en Aldaia por nuestra ubicación,
al estar situados dentro de la cuenca hidrográfica del cauce natural
del barranco del Poyo. La mayor parte del término de Aldaia es una
planicie del barranco de la Saleta. Y de manera cíclica, cuando las
lluvias torrenciales arrecian y descargan tanta agua, derivan estas
riadas catastróficas que tanto hemos padecido los aldaieros, como la
gran riada del año 1957 o la de 2000, que forman parte de nuestro
imaginario colectivo.
El
pasado sábado se vivió un drama para muchísimos vecinos. Plantas
bajas anegadas, coches inundados, calles y avenidas que parecían
verdaderos ríos, cortes de luz, comercios cerrados. Los tres túneles
urbanos quedaron completamente cubiertos de agua y no se abrieron al
tráfico hasta el día siguiente. Desde mi punto de vista, el
ayuntamiento y nuestros gobernantes se vieron “desbordados” ante
la situación. Es indignante saber que las compuertas del barranco no
se colocaron hasta pasadas las nueve de la mañana, cuando ya había
una gran acumulación de agua. Yo me pregunto. ¿Por qué no se
colocaron cuando empezó a llover y era evidente que estábamos ante
una situación excepcional?
Cabe
decir, que, en septiembre de 2021, se aprobó una moción que propone
“crear un sistema automatizado para detectar y poner de forma
automática las barreras que impidan la entrada de agua del barranco
al pueblo” y de esta forma facilitar también las labores de los
operarios de la Brigada de Obras. Queda por tanto claro, que la falta
de previsión viene de la mano de no ejecutar las mociones que se
aprueban en este ayuntamiento. Mociones como esta y como tantas que
ha presentado nuestro grupo municipal y que están en el olvido.
En
verdad, no puedo creerme tanta indulgencia y benevolencia de una
inmensa parte de la población y de los medios afines y redes
sociales ante el buenismo socialista. De haber gobernado otro
partido, aquí estaríamos al borde de una revuelta. ¿Me equivoco?
Yo creo que no.
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