Un campo de patatas en la huerta valenciana. / EPDA Alerta roja en los patatales verdes de la huerta valenciana. Según advierte la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), los precios ofrecidos a los productores de patata se han hundido a la mitad en las últimas tres semanas, hasta el extremo de situarse por debajo de los costes de producción y, por tanto, incurrir en pérdidas. La organización agraria acusa a los agentes que están entre el productor y el consumidor de "abusar con sus ganancias" ya que las cotizaciones de las patatas pasan de los 0,20 €/kg en el campo a una media de 1,53 €/kg en el supermercado, es decir, siete veces más.
La campaña valenciana de patata empezó con cierto optimismo, ya que, además de sembrarse una mayor superficie, los primeros movimientos del mercado permitieron obtener unas cotizaciones razonables. Sin embargo, en apenas veinte días la situación comercial ha cambiado drásticamente de manera que los precios han bajado, en términos generales, de unos 0,40 €/kg a los 0,20 €/kg actuales. Y por si no fuera poco, la combinación letal de varios episodios de lluvias y vientos de poniente ha agravado los ataques de mildiu -un hongo que no cuenta con suficientes soluciones fitosanitarias a causa de las restricciones de la Unión Europea- lo que en algunos huertos reduce más del 30% la cosecha comercializada.
En el otro extremo de la cadena de valor, pese al desplome de los precios a pie de campo, los consumidores están pagando durante este periodo igual o incluso más caras las patatas en el supermercado. Así, las grandes cadenas de distribución colocan este producto en sus lineales a cotizaciones que se sitúan entre 0,99 y 1,99 €/kg, con un precio medio de venta al público de 1,53 €/kg. Además de patatas de origen España, las firmas también han estado poniendo a la venta importaciones procedentes de Francia, Egipto e Israel principalmente.
AVA-ASAJA solicita a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), órgano dependiente del Ministerio de Agricultura, que ponga en marcha una campaña de investigación sobre los contratos de patatas a lo largo de la cadena de valor, con el objeto de detectar desequilibrios y sancionar posibles prácticas ilegales abusivas.
Asimismo, la organización presidida por Cristóbal Aguado apela a los operadores comerciales y a los propios consumidores para que "den prioridad a las patatas de proximidad, frente a importaciones de otros países, porque tienen más calidad, más frescura y menos huella de carbono".
El responsable de la sectorial de hortalizas de AVA-ASAJA, Vicente José Sebastià, quien cultiva patatas en L'Horta Nord -en una zona de especial protección por la Ley de la Huerta que "se ha demostrado ineficaz"- subraya que "es absurdo consumir patatas de fuera cuando aquí, a la puerta de casa, tenemos una patata de primera calidad, de máxima frescura, ideal para comer con toda clase de recetas. Si apostamos por la patata valenciana, mejoraremos nuestra salud, nuestra economía y nuestro paisaje. Hay que fijarse en el etiquetado a la hora de comprar y apostar por el producto de proximidad".
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